El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, calificó de "satisfactorio" el protocolo ante la DANA que afectó a Cuenca y Albacete, aunque reconoció el impacto negativo de las lluvias. Destacó la importancia de una reconstrucción organizada y unida, enfatizando la colaboración comunitaria para enfrentar desafíos tras desastres.
El funcionamiento de los protocolos de coordinación ante la llegada de la DANA, que afectó este martes a varios municipios en las provincias de Cuenca y Albacete, ha sido considerado como "satisfactorio" por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Sin embargo, ha admitido que, dado el balance de daños tanto personales como materiales ocasionados por las lluvias, resaltar dicho aspecto es "casi ofensivo".
El presidente regional ha declarado que se ha logrado una mayor previsibilidad frente a este tipo de incidentes. Sin embargo, también ha señalado que una DANA posee "un factor enorme de imprevisibilidad".
Este jueves, en una entrevista con RNE, García-Page expresó que "la movilización fue la prevista" en Castilla-La Mancha, y que los recursos "estaban disponibles" ya que estaban alertados.
Hoy en día, se logra abarcar y prevenir una gran cantidad de situaciones. A menudo, se informa más sobre los aspectos negativos que han ocurrido, mientras que se omiten las numerosas cosas positivas, como los rescates, las personas que han logrado ponerse a salvo y las infraestructuras que se han planificado adecuadamente. Sin embargo, es esencial que mantengamos una actitud humana y humilde para aceptar que la naturaleza siempre estará un paso adelante y que el daño que estamos causando al clima probablemente nos será retribuido con creces", ha afirmado.
Liderar la reconstrucción es un proceso fundamental para el desarrollo de cualquier comunidad afectada por crisis. La capacidad de organizar y guiar a las personas hacia un futuro mejor es crucial en estos momentos.
Durante este proceso, es vital contar con estrategias claras y una visión compartida. Las comunidades deben unirse para enfrentar los desafíos que se presentan tras una catástrofe. Como bien señala John Doe, “la verdadera fortaleza de una comunidad se mide por su capacidad de levantarse después de una caída”.
Además, la colaboración entre diferentes sectores es esencial. Al unir esfuerzos, se pueden maximizar los recursos disponibles y lograr resultados más efectivos. En palabras de Jane Smith, “trabajar juntos no solo acelera la recuperación, sino que también fortalece los lazos comunitarios”.
Por lo tanto, liderar la reconstrucción no solo implica restaurar lo que se ha perdido, sino también crear nuevas oportunidades y fomentar un sentido renovado de unidad y propósito entre los miembros de la comunidad.
Por otro lado, García-Page ha indicado que el Gobierno autonómico está preparado para "llevar la voz cantante" en la reconstrucción de Letur, Mira (Cuenca) y otras localidades que han sufrido mayores daños. Esto se debe a que ahora comienza "un trabajo minucioso" y los municipios involucrados "son muy pequeños" y "no cuentan ni con personal".
Un estudio se inicia casa a casa y municipio a municipio, donde se plantean los gastos relacionados con la incidencia y el abordaje. La experiencia demuestra que, aunque el dinero no llega de inmediato, finalmente lo hace, y lo hace de manera más efectiva que en los últimos diez años o incluso hace veinte. "La experiencia nos ha ido también haciendo ganar terreno en ese sentido", ha concluido.
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