Todos recordamos, por su ilicitud, ilegalidad y dantes¬cas y horripilantes consecuencias de la "Ley del punto final", cuya finalidad era acabar con los judíos, gaseándolos en los Campos de Concentración nazis, y que suponía la meta de Adolf Hitler para acabar con aquellos a quienes, por arte de birlibirloque, le caían mal, y en busca de obtener el prototipo ideal del hombre y la mujer de la raza "aria", que viéndole como era el propio dictador, físicamente, una castaña pilonga, en congruencia con sus pretensiones debería haberse gaseado él el primero para eliminar un espécimen en el que confluían todas las notas negativas y contrarias al prototipo que perseguía, pero se ve que el criminal genocida no solía mirarse al espejo o sólo lo hacía para atusarse el "bigotillo", y dando gracias a Dios que tal engendro de personaje no tuvo descendencia, quizás por ser impotente, porque su imagen así le delataba.
Pues bien, llegados a este punto, aquí y ahora, estamos asistiendo a la conformación de una "ley del punto final", que será la que se compondrá una vez que el golpista Carles Puigdemont tenga a bien pres¬tar su consentimiento al acuerdo con el Pseudo-Doctor Sánchez y éste pueda formar Gobierno, un Retroprogresista Criminal Gobierno de España (que ya no se podrá apellidar "de España"), que acabará con la Constitu¬ción Española de 1.978, con el Ordenamiento Jurídico vigente en la actualidad, con la convivencia pa¬cífica entre los españoles, pues volveremos a las dos Españas a que se refería nuestro inmortal poeta Antonio Machado, si bien podremos determinar muy bien cuál será la España que nos ha de helar el corazón, que no será otra sino la compendiada por los socia¬listas y toda la tropa de gentuza que los arropará (PNV, ERC, Junts, EH-Bildu, BNG y algún otro difuso y esperpéntico grupo anejos de todos los dichos, tales como Sumar y sus confluencias), pues el grotesco sainete que se viene ofreciendo en este Teatro del Mundo, al que se refería Pedro Calderón de la Barca nos llevará inexcusablemente a herir de muer¬te a nuestra Nación y arrastrará con ella, a más de la mitad de españoles que aún creemos en la moral, la ética, el orden, la justicia y la ley. Todas las ins¬tituciones públicas quedarán bajo el mando macabro de estos componentes, y no quedará piedra sobre pie¬dra, en análoga comparanza a cómo están quedando Ucrania con el bombardeo de las fuerzas armadas rusas y Gaza con las de Israel. Desaparecerá el Poder Judicial, que será asumido por el propio líder de esta debacle, el Pseudo-Doctor-Sánchez que, como sátrapa, tirano y usurpador, ostentará todos los poderes del Estado, los cuales ejercerá de una manera omnímoda, arbitraria, ilegítima y criminal, oprimiendo al pueblo español (a los que no estén dentro de su pesebre, ostentando alguna bicoca, regalía, prebenda, canonjía, sinecura o momio, que mantendrán sus privilegios mientras ofrezcan sumisión perruna al ídolo, porque cuando le dejen de aplaudir, perdiendo los dedos de las manos, serán condenados al fuego eterno por su protector, con lo que deberán andar con pies de plomo y vigilan¬do siempre su espalda, para no caer en desgracia ante el mismo, lo que es una manera de vivir en esclavitud y desgracia permanentes), como jamás se ha hecho en la historia de la humanidad. Y, al parecer, todo ello con la anuen¬cia, cuando no connivencia de la Unión Europea, ese en¬gendro creado para potenciar y proteger a los más corruptos de los países integrantes, y que mirará pa¬ra otro lado, quizás porque la actual Presidenta de la Comisión Úrsula von der Leyen, haya quedado cautivada por la belleza, la presencia de chulo de barrio y la corrupción que emana de nuestro egregio Pseudo-Doctor. Desde luego, aquí sí cabe añadir que para este viaje no necesitábamos tales alforjas. No obstante, nos quedará la esperanza de que un día, qui-zá no muy lejano, el tildarse de socialista será un opro¬bio, una humillación, una deshonra, un baldón, un deshonor, una ignominia, un vilipendio, una infamia, una indignidad y una ver¬güenza, aplicables a todos sin excepción, los que por activa se están dedicando a poner las cargas explosivas en los cimientos de la España actual, y los que por pasiva, callan, guardan el silencio de los corderos y escon¬den la cabeza bajo el ala, como los avestruces, queriendo demostrar que esto no va con ellos, mas sin embargo, con su actitud y cobardía borreguil apuntalan a los de la parte activa debiéndoseles iden¬tificar como a los judíos, con la estrella de David, in¬serta en la manga de su chaqueta o jersey, con un logo¬tipo del PSOE boca abajo, y escupiendo y chorreando sangre, pues con este silencio, atronador, por lo demás, acaso sean más culpables que los de la parte activa y aquí sí estaría justificada esa señalización, para que el resto de los humanos sepamos con quienes nos encontramos y tomemos medidas oportunas hacia ellos, pues, en realidad, son tan peligrosos o más, que los que, por desgracia, padecen la lepra o cualquier otra enfer¬medad contagiosa.
Y entre éstos últimos habría que engrosar a nuestro inefable Presidente Autonómico, Emiliano García Page, esa especie de tipejo que pone una vela a Dios y otra al Diablo, que nada y guarda la ropa o que está en misa y a la vez repicando, pues quiere desmarcarse de la incuria, la ignominia y la vileza en que se encuentran sus conmilitones, pero es incapaz de romper el cordón umbilical con el Partido al que se debe, con una sumisión perruna, propia de la que los mandos alemanes mantenían con el líder, Adolf Hitler, pues lo contrario implicaría su defenestración y, quizás, su eliminación o muerte, por oponerse, como traidor, a los dicterios del líder todopoderoso. Y así, esto es lo que le pasa a Emiliano, que lanza exabruptos templados, a media voz y cruzando los dedos, contra los propósitos de su Jefe de Filas, el Pseudo-Doctor-Sánchez, pero a continuación confiesa que votará socialista, porque lo contrario sería transfuguismo. ¡Sí sabrá este pobre in¬decente lo que sea transfuguismo! Y así lo ponen de ma¬nifiesto algunos columnistas, tales como Eduardo Inda, en el Diario "La Razón" del pasado 4,: "Page: mucho lirili y poco lerele" o "El drama de nuestro protagonista es su sideral incoherencia: predica una cosa y hace justo la contraria"; o Alejandro Bermúdez Alonso, en el Diario "La Tribuna", el pasado 4 también de noviembre: "La torpe ex¬cusa del transfuguismo: ...Obviamente el primer respon¬sable de esta inmundicia, es quien ostenta el cargo de mayor rango, pero este probador de colchones no podría revolcarse en el fango sin el apoyo de otros muchos. Otros muchos que no tienen más excusa que su egoísmo y bajeza moral, porque, cuando a alguien lo eligen diputado de su país es para que lo defienda, no para que ayude a su Nerón a quemar Roma. La vergonzosa excusa del transfuguismo no es otra cosa que la más vil justificación de una conduc¬ta desleal y cobarde. Desleal al pueblo que lo eligió y que lo ceba con el sudor de su frente, y cobarde, porque mientras en privado admite las atrocidades de la camándu¬la que tienen por jefe, en público se rompen las manos aplaudiendo sus hazañas". Pero, claro, esto choca de fren¬te, con que el propio último Diario referido le ponga al interfecto la luz verde del semáforo de la excelencia, aunque sea porque inste a que se reúna el "Consejo de Poé¬tica Fiscal", pues uno queda inhabilitado y con mancha del pecado original sobrevenido si, por activa o por pasi¬va, se corrompe en el fango que dimana de las llamas de Ferraz, convertida en la tierra en sede del Infierno. Por¬que nadie está pidiendo a Don Emiliano (¿o habría que lla¬marle Maximiliano?) que inste a sus diputados castellanos-manchegos (21) a votar al PP, sino, simple¬mente, que por amor y lealtad a España, se abstengan de aprobar la aberración que se les propone.
Y volvamos ¡dale Perico al Torno!, a clamar e instar a nuestro Monarca, si quiere salvar su alma y que su pri¬mogénita algún día pueda ceñir la corona de Reina de España, a que dé ya un paso al frente, ponga blanco sobre negro y pare la tragedia que se abalanza sobre España y los Españoles. ¡Sí, Felipe VI, no te llames andana!, que este mensaje, por enésima vez, ya te lo he enviado por activa y por pasiva y tú parece que sigues inerte, haciendo el Don Tancredo y espetando ¡ahí me las den todas!, mientras ves sufrir a tu pueblo, al que debes salvar de la debacle y que, además, también, no nos engañemos, te está cebando con el sudor de su frente.
ALBACETE 8 DE NOVIEMBRE DE 2.023