El primero de los casos fue denunciado en la Comisaría de Albacete por una mujer que, creyendo que los mensajes se los enviaba su hija, le realizó una transferencia bancaria por valor de 2.972 euros, ha informado la Policía Nacional en nota de prensa.
Gracias a la inmediatez con la que la víctima denunció estos hechos y a la rápida actuación policial, se logró bloquear esta cantidad e identificar al presunto autor de los hechos.
Otro caso es el de un padre que llegó a realizar un total de 14 transferencias a distintos bancos por importe de 21.405 euros, quien después de denunciar únicamente pudo recuperar alrededor de 5.000.
Al tratarse, en la mayoría de los casos, de organizaciones criminales que envían mensajes de forma masiva e indiscriminada, han seguido enviándole mensajes incluso después de que la víctima se percatase del engaño.
La investigación policial logró esclarecer también esta estafa, identificando a cinco de los autores, quienes en su mayoría eran jóvenes titulares de cuentas bancarias de las que disponían desde que eran menores.
En concreto, haciéndose pasar por el hijo de una ciudadana de Albacete, hicieron creer a su madre que éste había perdido su teléfono móvil, siéndole imposible acceder a sus servicios de banca online, lo que le suponía un verdadero apuro porque tenía que abonar una serie de facturas de manera urgente.
La madre realizó un total de 21 transferencias que ascendían a 18.641 euros, de las que únicamente recuperó 4.000 euros.
En este caso, los identificados eran personas con cuentas bancarias y residencia en otros países de la Unión Europea, lo que dificultaba la recuperación del dinero.
LA ESTAFA SE ADAPTA PARA PASAR DESAPERCIBIDA
Una vez que el modus operandi que emplean es demasiado conocido, las organizaciones criminales lo transforman ligeramente para continuar consiguiendo víctimas.
Por este motivo, se han recibido nuevas denuncias en la Comisaría de Albacete en las que se hacen pasar por otro familiar o incluso un amigo cercano.
Así sucedió con otra ciudadana de Albacete, quien creyó que era su propia hermana quien se ponía en contacto con ella y le envió 2.854 euros, pero empezó a dudar cuando le reclamó otros 3.274, así que logró ponerse en contacto con su hermana y corroboró que esos mensajes no se los había enviado ella y que había sido estafada.
En este caso se identificó a un joven residente en otro país, quien alegó que dos personas le habían ofrecido 250 euros por recibir esa transferencia y sacar el dinero posteriormente.