No obstante, el inicio del juicio estará supeditado a la huelga emprendida por los letrados de la Administración de Justicia.
Las pesquisas fueron llevadas a cabo por la Brigada Central de Estupefacientes IV (UDYCO IV) del Cuerpo Nacional de Policía de Murcia, cuyos agentes comenzaron a investigar a uno de los acusados por su presunta dedicación al tráfico de drogas.
En concreto, la Policía sospechaba que el individuo se aprovisionaba de la droga de un grupo afincado en Madrid y comprobó que el investigado no realizaba actividad laboral alguna, según se desprende del escrito de acusación del Fiscal Antidroga.
Gracias a las vigilancias a las que fue sometido, los agentes constataron que el individuo estaba vinculado a personas relacionadas con el narcotráfico con las que se veía en su domicilio. También acudía personalmente a inmuebles relacionados con la venta de drogas, efectuando transacciones y recogidas de paquetes, adoptando especiales medidas de seguridad tanto en sus encuentros como en sus desplazamientos.
En una de esas vigilancias, otro de los acusados fue identificado saliendo de la casa del primer investigado en dos ocasiones. Este segundo individuo estaba afincado en Madrid y había sido detenido en una operación antidroga en 2004 en la que se intervinieron 70 kilogramos de heroína, entre otros contactos relevantes.
El Juzgado de Instrucción número 1 de Murcia judicializó las investigaciones el 12 de junio de 2012 y acordó la intervención de los códigos vinculados al teléfono móvil del primer acusado. Así, los investigadores constataron la dedicación del mismo la venta de drogas través de su propia red de clientes.
Además, la investigación puso de relieve la existencia de un extenso grupo criminal ubicado en Madrid y Toledo dedicado la distribución de heroína de forma constante en cantidades de notoria importancia. El líder de ese entramado suministraba las sustancias estupefacientes a un amplio número de los acusados en esta causa.
Aunque no llegaba al nivel de una auténtica organización, estaba integrada por un número de personas establemente vinculadas al tráfico de heroína, aparte de la comisión de otros delitos, tal y como apunta la Fiscalía.
Los miembros de esta red asumían además, de forma independiente, operaciones de tráfico de drogas (heroína y cocaína) con proveedores dispares en su propio beneficio o tenían su propia red de clientes. Todo ello, sin la estructura material conjunta el reparto estable de roles propias de las organizaciones. No obstante, la Fiscalía sostiene que era un grupo muy activo.
En su funcionamiento externo, el Ministerio Público destaca dos escalones de distribución, aunque las conexiones internas entre ellos eran de tal entidad que todos conformaban un grupo criminal.
Para la Fiscalía, los hechos son constitutivos de un delito de tráfico de drogas de sustancias que causan grave daño la salud; delitos de pertenencia grupo criminal; de un delito contra la salud pública de sustancias que causan no causan grave daño la salud; y un delito contra la salud pública de sustancias que no causan gravedaño la salud en cantidad de notoria importancia.
También serían constitutivos de un delito de extorsión; un delito de amenazas; un delito de tenencia ilícita de armas prohibidas; delitos de tenencia ilícita de armas reglamentadas; un delito de depósito de armas de guerra; un delito de falsificación de moneda; delitos de tenencia ilícita de armas reglamentadas; y un delito de pertenencia grupo criminal.
El Fiscal pide penas de cárcel para los 49 acusados, aunque la estancia en prisión varía en cada caso en función de la atribución de uno o más delitos.