El lugar del hallazgo está a pocos kilómetros del último lugar en el que se perdió la pista a esta mujer, en la localidad madrileña de Navalcarnero, como así consta en una cámara de videovigilancia municipal.
Los primeras investigaciones apuntan a que el cadáver llevaba varias semanas allí y no murió de forma violenta, sino de forma natural o accidental. Además, han contrastado que el cuerpo no ha sido movido del lugar, por lo que todo apunta a que falleció allí mismo. El cuerpo no ha sido movido del lugar, por lo que todo apunta a que falleció allí mismo, han informado a Europa Press fuentes policiales.
Asimismo, el cadáver llevaba parte de la ropa con la que la desaparecida salió de casa ese día: unas mallas ciclistas de color negro por encima de la rodilla, una camiseta de manga corta de rallas azules y blancas y por debajo otra de tirantes verdes y unas chanclas por suela fina de madera y correa de color azul.
La principal hipótesis, por tanto, es que Isabel fue a dar un paseo en ese calurosa día de agosto dirección sur, a la Urbanización Calipo Fido, donde viven unos familiares, un lugar que conocía bien. Pero, en un momento dado, quizá fruto de su enfermedad, se desorientó y acabó tras varias horas andando en un paraje escarpado, cerca de unos matorrales, por los que apenas pasa gente. Allí habría fallecido el mismo día o al día siguiente por causas naturales o por un accidente, según las mismas fuentes.
HALLADA EN UN LUGAR DONDE SE HABÍAN REALIZADO BATIDAS
En ese paraje se habían realizado batidas días antes para buscar a Isabel, que terminaron sin éxito. De hecho, los ciclistas que pasan por allí tampoco habían visto nada raro. La familia, ayudada por voluntarios, han realizado rastreos en zonas aledañas a Navalcarnero. Incluso ayer había una programada, pero fue anulada tras este hallazgo.
Además, el pasado día 6 más de 200 voluntarios junto con un potente despliegue de la Guardia Civil, miembros de Protección Civil y policías locales buscaron a la desaparecida por una extensa zona de su municipio. No encontraron ninguna pista ni ropa perteneciente a Isabel, sí otras cosas que no tienen nada que ver con ella, indicaron a Europa Press fuentes de la Comandancia de Madrid.
También durante este mes habían colocado carteles por la comarca y por la capital, donde figura que la desaparecida mide 1,65 metros de estatura, tiene una complexión normal, su pelo es de color rubio y canoso, y tiene los ojos de color marrón. Además, utilizaba gafas de ver. Isabel tenía Alzheimer incipiente desde hace dos años, por lo que podía tener muchos momentos de demencia y desorientación y otros pocos de lucidez.