Según el escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos ocurrieron entre abril de 2014 y julio de 2015, cuando la acusada, M.M.S.C., aprovechando la relación de confianza con las personas para las que trabajaba como limpiadora del hogar, se apoderó de las llaves de las viviendas de M.C.G., M.J.G. y M.G., todas hermanas, e hizo copias de las mismas para poder tener acceso a las casas, llegando también a copiar la llave de la caja fuerte del domicilio de M.C.G.
La acusada comenzó a entrar en las casas y a robar diversas joyas que luego vendía en establecimientos de compra y venta de oro, llegando a realizar un total de 28 ventas por las que obtuvo 9.205,87 euros. Joyas que en su mayoría no han podido ser recuperadas al haber sido fundidas.
El hijo de la acusada intervino también en algunas de las ventas, sin que conste si tenía conocimiento del origen de las joyas.
Además, del domicilio de M.J.G. sustrajo joyas por valor de 8.540 euros, de la vivienda de M.G. mientras de la de los padres de las denunciantes la acusada robo joyas por un importe que asciende, según las denunciantes, hasta los 35.980 euros, así como 2.280 euros en metálico.
De la casa de M.C.G., aparte de las joyas, se llevó también una tarjeta de crédito con la que realizó numerosas compras en Internet que alcanzaron los 3.690 euros. Asimismo, en el coche de la acusada se encontraron varias de las joyas robadas, así como los juegos de llaves.
El perito ha valorado las joyas sustraídas en 36.193 euros.
Unos hechos que la Fiscalía considera que son constitutivos de un delito continuado de robo con fuerza en las cosas y un delito continuado de estafa, por los que le piden cinco años de prisión.
Asimismo, la acusada deberá indemnizar a M.G. en la cantidad de 2.280 euros y a M.C.G. en 850 euros por el dinero sustraído, además de abonar a todas las víctimas el importe que se determine de las joyas robadas.