Espacios inadecuados en los que no se respeta la distancia de seguridad, ventilación insuficiente, frío y ausencia de purificadores homologados y medidores de CO2. Es la radiografía de la educación pública de Castilla-La Mancha, de acuerdo a los datos de la encuesta realizada por Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) desde el pasado 18 de enero, dentro de la campaña nacional ‘Por una aula segura’.
Los resultados de esta encuesta, en la que han participado 2.489 docentes, ponen de relieve las enormes deficiencias de seguridad que se están produciendo en las aulas de la región y la falta de una respuesta eficaz por parte de la administración educativa.
Hasta el 71,6 por ciento de los docentes encuestados revela que no se respeta la distancia de seguridad en las aulas, de 1,5 metros, entre alumnos. Además, la ventilación es totalmente inadecuada: el 57,6 por ciento señala que la aireación natural se realiza con un tiempo superior a los 15 minutos, lo que contradice las Medidas de Prevención, Higiene y Promoción de la Salud frente al covid para centros educativos en el curso 2020-2021, que recomienda la ventilación cruzada y de manera permanente.
El presidente nacional de CSIF Educación, Mario Gutiérrez, señala que “es el profesorado el que está dando la voz de alarma. Desde septiembre venimos reclamando mejoras y hemos anticipado todos los fallos que se han ido cometiendo. Sin embargo, las administraciones han llegado tarde dejando solos a los centros docentes. Ha faltado un plan nacional, pero también compromiso por parte de las comunidades autónomas”.
No se puede afirmar que las aulas sean seguras ni que no se produzcan contagios en ellas. De hecho, se está produciendo una infradetección de casos al no realizarse ningún cribado a la plantilla de los centros y a los propios alumnos, que pueden actuar como vectores de contagio hacia el ámbito social y familiar.
A la falta de seguridad se suma que las condiciones para impartir la docencia no están siendo las idóneas. Hasta el 90 por ciento de alumnos y docentes han permanecido con mantas y abrigos, una situación de la que ya alertó CSIF en octubre y que no ha tenido una respuesta satisfactoria por parte de la Consejería de Educación, que podría haber optado por instalar purificadores homologados y medidores de CO2. Es más, las propias Medidas de Prevención, actualizadas el pasado 8 de febrero, recomiendan su uso.
En este punto de la encuesta, en el 82,2 por ciento de los centros de la región no hay ni purificadores ni medidores de CO2 y tan sólo el 3 por ciento cuenta con ambos instrumentos en sus aulas.
En este sentido, el 75,7 por ciento considera que debería haber purificadores y medidores, y el 17 por ciento reconoce que no cuenta con la información adecuada para señalar si estos instrumentos son necesarios.
TOLEDO / TALAVERA Y SU COMARCA
El responsable de CSIF Educación Toledo, Enrique de la Rosa, señalaba que de acuerdo a los datos de la encuesta el 87 por ciento de los centros de la provincia no cuentan con purificador y medidor de CO2, lo que ha provocado que “el frío se haya colado de forma constante en las aulas, ya lo advertimos desde el inicio de curso y no nos hicieron caso, y encima con la borrasca Filomena y sus terribles efectos. Estos instrumentos sirven como complemento a la ventilación natural, pero desgraciadamente no se han usado a pesar del duro invierno que hemos sufrido”.
Así, “las condiciones en las que se ha impartido clase han sido penosas para los docentes y los alumnos”; hasta un 88% por ciento han permanecido en las aulas con mantas y abrigos. “Ha sido y continúa siendo muy duro, hay que alabar a todos los profesores y maestros porque son ellos los que, completamente olvidados por la Administración, han mantenido a flote la educación pública de la región”, apostillaba De la Rosa.
En cuanto a Talavera de la Reina y su comarca, los resultados han sido incluso peores: el 96% de alumnos y docentes han estado con ropa de abrigo en las clases y el 92,3 de las aulas no cuentan con purificadores ni con medidores.