El alcalde Vicente Casañ, en primera persona, es el responsable de que en las carpas todo valga, que los dueños de estos lugares, muy visitados cada día por albaceteños y visitantes, la ‘ley’ la marcan los dueños en función de lo que a ellos les interesa.
Para empezar, algo que seguramente no es un incumplimiento pero que debería estar prohibido y si no lo está por la ley estatal, porque se acude a resquicios de la ley, el Ayuntamiento debería haber limitado y prohibido hace tiempo. Allí se puede fumar, no se pueden fumar en bares o restaurantes pero en las carpas, por aquello de que en parte pueden estar al aire libre, sí se puede fumar, lo que se tenga a bien, tabaco, unos ‘porretes’ o lo que haga falta.
En las carpas nadie controla el aforo de las mismas. Todos sabemos que hay momentos de la noche en las que muchas están ‘a rebosar’ y que los fines de semana es impresentable que se permita la cantidad de gente que hay en ellas. El Ayuntamiento, que lo debería regular, no dice esta boca es mía, no hay ni una inspección, se permite que se haga lo que se quiera. El alcalde, en primera persona, será el responsable de algún accidente que pueda ocurrir cualquier día. A Casañ lo de las carpas le parece bien.
Lo del aforo es sin duda lo más peligroso de las carpas, porque puede suponer un accidente del que todos nos podamos acordar, puesto que se duplica o triplica el aforo máximo sin ningún problema.
No es la única cuestión fuera de la ley. Debería quedar claro que tipo de negocio es una carpa, una discoteca, un pub, un híbrido entre ambas. Entre semana, con menos gente, están abiertas a todo el público, los fines de semana la cosa cambia. En unas directamente no dejan pasar a los que no tienen una pulserita que con antelación han debido comprar, con lo que los que llegan de fuera de Albacete no tienen derecho a pasar. En otros casos, durante la semana la entrada es libre, los fines de semana se paga entrada (unos 10 euros de media). ¿Están ambas cosas permitidas por la reglamentación de adjudicación de estas carpas?, si es que la hay o simplemente son una ciudad sin ley.
Desde luego lo que no es de recibo que una consumición entre semana valga 6 euros (si no tienes alguna rebaja) y que en fin de semana la misma consumición valga 8 euros. ¿Dónde está la lista de precios en las carpas? ¿Le dieron al Ayuntamiento los precios antes de comenzar? ¿Está permitido el cambio de precios en función de la demanda? Aquí por lo visto el ayuntamiento de Casañ tampoco tiene nada que decir.
Una más. Al principio de la feria señalamos que la campaña de la campaña contra la violencia de género debería ser activa y las carpas debían tener una visita de vez en cuando de estas personas voluntarias del Ayuntamiento. ¿Alguien ha visto algo así? La respuesta es no. Y evidentemente, con alcohol, altas horas y exceso de aforo, la falta de respeto a las muchas chicas es el ‘pan de cada día’. El Ayuntamiento de Albacete aquí tampoco tiene nada que decir.
De la calidad de las bebidas alcohólicas o del ‘botellón’ que supone beber fuera de las carpas, de eso mejor lo dejamos para la próxima.
En resumen, las carpas son la ciudad sin ley de la Feria, un ‘oasis’ en el que los hosteleros hacen lo que les da la gana. Por cierto, son los mismos que quieren cambiar la estructura de la feria para que tenga dos fines de semana, algo que al alcalde Casañ le parece de lo más estupendo del mundo. Recordemos que es alcalde y concejal de feria,no sabemos si eso incluye a las carpas porque allí el todo vale, todos están “fuera de la ley”.