‘Iglesia sin fronteras, Madre de todos’, es el lema con el que la Iglesia va a celebrar este domingo día 18 de enero, la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado,
que alcanza ya su ciento una edición, para seguir diciendo a todos “que la Iglesia acoge, la Iglesia se hace madre de todos, y con la realidad de los emigrantes y los extranjeros, muestra una de las cosas más bonitas que tiene: su catolicidad”.
Así lo ha explicado José Luis Pinilla, director del Secretariado de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, durante la presentación de esta jornada en la Diócesis de Albacete: “Yo digo que la Iglesia es como un arcoíris y si Dios ha hecho el arcoíris, eso es señal de que le gusta. Por lo tanto, que el arcoíris esté dentro de nuestra Iglesia, eso significa una realidad enriquecedora para todos nosotros”.
En la misma línea, José Vicente Monteagudo, director del Secretariado Diocesano de Migraciones en Albacete, informó también en la presentación de esta jornada, sobre la labor que está desarrollando la Iglesia de Albacete, “para que profundicemos y avancemos en el acercamiento a estas personas, interesándonos por las causas que les han hecho emigrar y por su situación personal, y no sólo en la acogida desde un punto de vista asistencial o de ayuda puntual, sino sobre todo en la plena comunión, para que se sientan uno más, en nuestras parroquias y comunidades”.
“El emigrante no sólo es el que recibe ayuda, sino que es uno más. Y en esa reciprocidad, aprendemos y nos enriquecemos mutuamente y crecemos juntos, también en la fe. Trabajamos en esta línea de sensibilización a las comunidades cristianas, para, desde ahí, sensibilizar también a toda la sociedad, y dirigirnos hacia una integración real de los emigrantes, no solamente laboral, sino también cultural y de enriquecimiento mutuo”, afirmó José Luis Pinilla, que anunció que este será el marco en el que se va a celebrar el Encuentro Diocesano de Albacete 2015 sobre la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado, que será en la Parroquia de la Resurrección, este domingo a partir de las cuatro y cuarto de la tarde.
El director del Secretariado de Migraciones también se refirió a la carta que el Obispo de Albacete y presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, D. Ciriaco Benavente Mateos, dirige, con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante, a la Iglesia local de su diócesis y especialmente a los emigrantes, “en la que está reconociendo el valor y el enriquecimiento que estas personas y sus culturas están produciendo en nuestra sociedad, teniendo en cuenta la realidad de que son cinco millones y pico los extranjeros que hay en España, a lo que hay que añadir los cerca del millón y medio que están ya regularizados y nacionalizados también. De ellos, un 18% han contraído matrimonio con personas españolas”.
Muy a menudo, “cuando se habla o surge el tema de la emigración en la sociedad -puntualizó Pinilla-, es por ser objeto o causante de una situación conflictiva, pero eso está obviando y escondiendo el hecho de esas seis millones de personas extranjeras que están contribuyendo a la realidad de nuestra sociedad, de nuestra cultura y de nuestra Iglesia. Por ejemplo, ya hay unos diecisiete delegados extranjeros de migraciones en las diócesis españolas”.
José Luis Pinilla explicó que las claves de cara a la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2015 se dirigen hacia esa mirada hacia adentro de la Iglesia, para profundizar en el acercamiento hacia los emigrantes; en la sensibilización al conjunto de la sociedad y también frente a las situaciones de vulnerabilidad que los emigrantes tienen. En esta dirección, se organizarán cursos de formación para todas las personas que trabajan con los emigrantes, y será impulsada la labor con distintas organizaciones, eclesiales y no eclesiales, porque cuando los destinatarios son la gente que sufre, todas las fuerzas son pocas”. Sobre los efectos de las migraciones, se va a incidir especialmente en la realidad de la trata de mujeres con fines de explotación sexual y de los menores que viven en la calle.