J.O.N., el joven que fue acusado de abuso sexual contra su exnovia y compañera de clase en Ciudad Real, ha admitido los hechos. Este reconocimiento le ha permitido evitar la prisión, ya que tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular han reducido su solicitud de pena de siete años a solo dos. Así, finalmente, el joven ha sido condenado a esta última cantidad de años.
El juez de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real ha emitido su veredicto 'in voce', en el que impone una pena de dos años de prisión. Esto se debe a que el acusado ha admitido los hechos, ha expresado su arrepentimiento y ha comenzado a compensar a la víctima, realizando un pago de 3.000 euros de los 10.000 euros totales establecidos como responsabilidad civil.
No obstante, deberá afrontar un pago de 10.000 euros por responsabilidad civil, participar en un programa de formación sobre educación sexual, y estará prohibido de acercarse o comunicarse con la víctima.
El joven, quien contaba con 21 años en el momento de los hechos, no será encarcelado. Esto se debe a que la pena ha sido suspendida, dado que carece de antecedentes penales y no se presenta un riesgo ni de fuga ni de reincidencia.
La víctima, quien ha dado su testimonio mediante videoconferencia desde una embajada española en un estado de la Unión Europea, ha confirmado también la denuncia que realizó por el abuso sexual.
El acusado ha admitido que los eventos sucedieron en octubre de 2022. En ese día, el acusado y la víctima, quienes habían tenido una relación sentimental sin convivencia durante cuatro años, la cual finalizó en junio de 2021, se encontraron en la casa de los padres del acusado con el propósito de estudiar.
Al finalizar sus estudios, el acusado sugirió a su expareja que tuvieran relaciones sexuales. La víctima, sin embargo, respondió que no tenía ganas. Ignorando la negativa de su expareja, el acusado comenzó a desnudarse de la cintura para abajo y, quedando completamente desnudo, empezó a masturbarse frente a ella.
Inmediatamente, la tomó de ambos brazos y la empujó hacia la cama, mientras le despojaba de su ropa. Primero fueron los pantalones y la ropa interior; luego, subió la camiseta y el sujetador, continuando con su masturbación. Posteriormente, se posicionó sobre ella y, "con ánimo libidinoso, le introdujo, en contra de su voluntad no consintiendo, un dedo dentro de su vagina, permaneciendo la denunciante sorprendida en estado de shock por la acción del acusado".
Al concluir el incidente, la denunciante se puso su ropa y salió rápidamente de la vivienda mencionada. Tras unos minutos, el acusado envió múltiples mensajes a través de WhatsApp a la denunciante, expresando su arrepentimiento por lo ocurrido. "Oye, que sé que te has molestado por haber acabado haciendo lo que yo quería" y "Lo siento por haberte insistido todo el rato para hacerlo, ya no lo volveré a hacer".