…menos la hermosura”. Este es uno de los refranes, dichos o proverbios, del fructífero y prolífico refranero español, es decir, un compendio en el que se resume toda una filosofía del saber y entender popular, a través de la experiencia y la inteligencia. Y así, como pone de relieve, Luis Junceda, en el Diccionario de los antedichos, de Espasa, el indicado refrán, dicho o proverbio, “se dice para burlarse de una persona poco agraciada, y también para poner de manifiesto que los malos ejemplos suelen ser más incitantes que los buenos”.
Pues bien, esto es lo que, al parecer, ha sucedido con la ley que el Reino Unido ha sacado adelante por una abrumadora mayoría, 383 votos a favor y 67 en contra, impulsada por un friki, su actual primer ministro, Rishi Sunak, a pesar de la oposición de destacados miembros de su propio partido Conservador, incluidos los ex primeros ministros Boris Johnson y Liz Truss. La Ministra de Sanidad albiona, Victoria Atkins, defendió las medidas ante sus colegas parlamentarios, argumentando que “no existe libertad en la adicción”. Y es que, el Reino Unido ha marcado un hito en la lucha contra el tabaquismo con el respaldo parlamentario a la prohibición de la venta de cigarrillos a las personas nacidas después de 2.009. En realidad, no es tal hito, ya que Nueva Zelanda fue el primer país que prohibió la venta de tabaco a los nacidos a partir de 2.009 para toda su vida, aunque a finales del año pasado comenzó a dar marcha atrás, no llegando a implantar esta medida, justificando sus mandamases que reculaban con el objetivo de utilizar los impuestos de la venta de tabaco para financiar los recortes de impuestos. ¡Ah, amigo Sancho, con la Iglesia hemos topado! Ahí está la madre del cordero, que el tabaco representa un pastel muy goloso para los Gobiernos, en impuestos, que éstos no están dispuestos a perder y mucho menos, renunciar a ellos, quedando la buenhomía de las intenciones en papel mojado, y ¡ande yo caliente y ríase la gente!
Y dentro de ese embeleco de luchar por la salud de los ciudadanos, se incluye esa finalidad de la Ley anglicana, según su propia mentora, la Ministra Atkins, de buscar forjar una “generación libre de humos”, quien añadió grandilocuentemente, que “es la intervención más grande que podemos hacer para mejorar la salud de nuestra nación”, aunque algunos parlamentarios conservadores expresaron sus preocupaciones sobre las restricciones que esta ley supone a la libertad personal. Así, Truss, opinó que esta ley “infantiliza” a las personas, y Jake Berry expresó su preocupación por la “adicción del gobierno de decirle a la gente qué hacer”.
Por otra parte, hay que reseñar, que esta Ley (y la sombra que cierne sobre España, con los gobernantes adictos a lo superfluo y vano que tenemos) llega en un momento en el que se está abriendo la mano al consumo de “cannabis”, como ha ocurrido recientemente en Alemania, que ha legalizado su consumo y la posesión de pequeñas cantidades, y en nuestro país, hace poco más de un mes, el grupo parlamentario de Sumar (más modernos que ninguno) dirigió varias preguntas al Gobierno en las que pedían que el Gabinete se pronunciara sobre la “posibilidad de despenalizar y regular la tenencia para consumo de marihuana”, a las que, ¡pelillos a la mar!, la Sra. García, Ministra de Sanidad, los despachó con un “esta regulación excede por completo” las competencias de su departamento, por lo que el ministerio “no se encuentra en condiciones de dar ningún paso a este respecto porque no tiene sentido”. Mas, pese a este salirse por la tangente, la Ministra, Mónica García, parece haber recogido el guante de los conservadores británicos, ya que su Ministerio no descarta que pueda seguir este ejemplo y adoptar una medida similar, manifestando enfáticamente: “Aquí se puede aplicar todo, yo siempre digo que no hay nada imposible. Si somos capaces de llegar a través de una arteria y cambiar una válvula en el corazón, somos capaces de cambiar las leyes para mejorar la salud de la población”, obviando poner algún ejemplo, que hubiera dejado claras las intenciones, tal como la ley del “ sólo sí es sí”, la Ley de Amnistía, o la modificación del Código Penal de los delitos de sedición y malversación de caudales públicos, para dejar impunes a sus señorías. Y sólo le faltó entonar el Aberri Eguna, en honor del País Vasco.
Desde luego, el disparate no puede ser más mayúsculo, pero ya sabemos que bajo este Retroprogresista Criminal Gobierno de España, todo es posible, al haber dejado sin contenido el artículo 14 de la Constitución Española, tras haber aprobado la Ley de Amnistía, ya que es aberrante que se prohiba, de por vida, a una persona nacida después del año 2.009 y solo por este hecho, comprar un paquete de tabaco, en un inasumible e injustificable querer limitar la libertad de una persona o de un ciudadano, en aras de preservar su salud (como siempre considerando al ciudadano como un menor de edad de por vida o como un incapacitado para gobernar por sí su persona y sus bienes), resucitando una especie de Ley Seca, como la que campó por los EEUU de América, bajo el mandato del Presidente Herbert Hoover, que no llegó a lograr los efectos pretendidos e incrementó el consumo de alcohol y dió alas a la mafia y al hampa, que camparon por sus respetos. Los criticos de esta política, incluido el Instituto de Asuntos Económicos, poniendo de relieve este último que “la prohibición generacional del gobierno sobre el tabaco desviará miles de millones de libras de las arcas del Gobierno hacia bandas criminales” y añade que “en 2.004, Bután se convirtió en el único país en introducir una prohibición permanente sobre el tabaco en la era moderna. La prohibición ha llevado al cotrabando y mercado negro y un estudio de la Organización Mundial de la Salud encontró un aumento en el consumo de cigarrillos entre menores en Bután tras la prohibición” . Claro, que a lo mejor se trata de institucionalizar ese contrabando y mercado negro tal como ha ocurrido con las mascarillas durante la pandemia del Covid.
En fin, con un Gobierno marxista-leninista-estalisnista-comunista, no nos debe extrañar si llega esta prohibición, porque puestos en solfa pertenece a los gobiernos que más atentan contra la libertad del individuo y que más se meten en la vida privada del mismo, pero se me va a hacer duro de tragar que un señor, nacido después del año 2.009 y con sesenta años de edad en su país, no pueda acercarse a un estanco y comprarse una cajetilla de tabaco y se le impida contribuir a las Arcas Públicas con más del 80% de su precio.
Habrá que que mar, en hoguera pública, todas esas películas en las que los actores y actrices se hartan de fumar, sin límite, y sancionar a quien se atreva a tatarear esa famosa canción de Sara Montiel: “Fumando espero….”
MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ
8 de Mayo de 2.024