Murcia es una región con industrias agrícolas muy potentes y una de ellas es Grupo Lucas, la cual inició su andadura en un ya muy lejano 1970 de manos de Manuel Lucas.
Ahora están al mando sus hijos, dirigiendo una empresa que no ha perdido el carácter familiar pese a su tamaño. De hecho, en estos momentos tiene alrededor de 500 trabajadores y cultiva 2500 hectáreas.
La producción anual de Grupo Lucas se sitúa en las 108 000 toneladas. Entre ellas hay verduras tradicionales del tipo de la lechuga romana y otras más innovadoras como el bimi o el kale, muy apreciados en el mercado.
Este resultado lo consiguen con un control total de los cultivos, pues ellos hacen los semilleros, se encargan de la recogida y de la manipulación final. Con ello, lo que consiguen es una calidad excelente y la confianza del consumidor.
Desde Grupo Lucas saben que su tarea no termina con la recogida y la puesta en el mercado de sus vegetales, sino que tienen que dar un paso más allá con el fin de reducir el impacto ambiental de su actividad.
Por eso, llevan a cabo un proceso de compostaje de residuos orgánicos, que recogen con camiones especializados tanto de explotaciones agrícolas como de las granjas de animales. Estos residuos van en camiones a su planta de Orihuela, en donde comienzan a transformarse para aprovecharlos.
A la hora de realizar el aprovechamiento de residuos orgánicos hay que tener mucho cuidado, puesto que pueden ser contaminantes.
De esta manera, en la planta de Grupo Lucas hay dos zonas de compostaje en forma de vaso, lo que ayuda a redirigir los lixiviados a un embalse impermeabilizado que está controlado. Además, estos lixiviados van a una nave en la que se tratan.
Los lixiviados se producen cuando se acumulan residuos orgánicos. Vemos que por debajo se va formando una especie de líquido, algo que se acentúa con la lluvia. Es muy contaminante, por lo que hay que hacer lo posible con el fin de que no se filtre al suelo.
Con esto ya controlado, el procedimiento para obtener abono es tan sencillo como regar de vez en cuando los residuos, con el fin de que estos permanezcan húmedos, removerlos y esperar hasta que esté listo el compost.
Aprovechar los residuos a la hora de generar abono es una tarea beneficiosa para el medioambiente, pero que a su vez provoca un impacto que pueden sufrir los vecinos.
De ese modo, la planta de Grupo Lucas está completamente vallada y además cuenta con un sistema de cortavientos natural, mediante una gran cantidad de árboles que rodean el perímetro.
A través de ello, lo que se consigue es que cuando hay viento el estiércol no termine esparcido por los alrededores. Los árboles actúan como barrera y evitan (en lo posible) que existan corrientes de aire muy fuertes dentro de la planta de compostaje.