Como todos los años, Albacete se prepara la celebración de una de las festividades más alegres y con más colorido: su Carnaval. El Archivo Municipal realizó el pasado año un recorrido por el origen de esta festividad y las prohibiciones a las que se ha visto sometido a lo largo del tiempo. Sin embargo, en esta ocasión, la archivera municipal, Almudena Blaya, presenta un relato de los eventos y actividades que se organizaban en la ciudad para celebrar estos días hace prácticamente un siglo.
El 18 de febrero de 1924 el Ayuntamiento recibía una carta de José María Noguera, presidente del Círculo de Bellas Artes, donde se pide colaboración para organizar las fiestas de Carnaval con el fin de transformarla en algo más artístico, ante los acontecimientos que se venían desarrollando en años anteriores.
Su propuesta incluye la celebración de una caravana carnavalesca el domingo de Carnaval, desde el antiguo corralón del Ayuntamiento hasta el paseo central del Parque de Canalejas (actual Parque Abelardo Sánchez) pasando por las principales calles de la ciudad, formada por una sección de ciclistas disfrazados uniformemente y una serie de automóviles descubiertos donde estuvieran representadas las Sociedades albacetenses, con señoritas disfrazadas con trajes regionales o disfraz libre, y cerrando el desfile la Corte de la Feria anterior vestida de manchegas. Todo ello acompañado por la Banda municipal y las estudiantinas o rondallas que se organizaran. Para el martes de Carnaval propone la entrega una serie de premios con distintas categorías.
Mejorar estas fiestas
Pero esta iniciativa había surgido tras la ponencia sobre El Carnaval y su celebración en Albacete, que realizó Fernando Franco Fernández, periodista en El Defensor de Albacete, en la sesión El Parnasillo del Círculo de Bellas Artes. Según recogen las crónicas locales, el ponente expuso algunos aspectos que podrían mejorar esta festividad, a lo que el público se sumó en un debate donde la conclusión fue dirigirse al Ayuntamiento y crear una Comisión formada por todas las Sociedades de recreo para organizarlo.
Ese mismo día, la Corporación Municipal acordó prestar su ayuda a esta iniciativa para que las fiestas de Carnaval tuvieran cierto esplendor y no fueran ordinarias y callejeras. Por ello se adoptó el acuerdo de designar a los concejales Ferrús y Ruiz para participar en la comisión organizadora de los festejos, comprometiéndose a cubrir los gastos generados.
Para ese año 1924 el Carnaval se celebró entre los días 2 y 5 de marzo, y según recoge la prensa local, parece que este primer Carnaval artístico tuvo un gran éxito entre la población, con gran afluencia de público y buen tiempo, llegando a agotar las existencias de serpentinas y confeti al no esperar tanta participación. Sobre todo destacan la ausencia de incidentes, como era habitual en años anteriores.
A las celebraciones en el Parque se sumaban las máscaras por el Paseo de Alfonso XII (actual Paseo de la Libertad) y bailes en el Círculo de Bellas Artes o los organizados por la Liga de Dependientes. Tal fue el éxito de la celebración, que el Ayuntamiento acordó volver a celebrar durante el Domingo de Piñata una batalla en el Parque y nuevos premios para los participantes, siempre que no hubieran resultado agraciados con un premio anteriormente.
6.000 pesetas
Este éxito se confirmó al año siguiente, al plantearse la Corporación Municipal la celebración del Carnaval de igual forma que en el año anterior, aunque se aumentaron en número y recompensa económica los premios a otorgar. El total se estimó que el gasto de organizar estas fiestas ascendería a 6.000 pesetas, esperando que en su mayoría fuera cubierto por el pago de inscripciones en los desfiles y las sillas para verlos.
Aunque parece que ese año el tiempo no fue tan clemente durante las celebraciones, la gente se animó a participar en los actos programados y los premios pudieron ser otorgados durante el Domingo de Piñata, apareciendo nombres tan reconocidos entre los agraciados como el fotógrafo Jaime Belda.
Durante los siguientes años parece que las fiestas en honor a Don Carnal siguieron su popularidad, organizándose todos los años concursos de disfraces con distintos premios.
Un elemento fundamental para la celebración de estas fiestas eran las serpentinas y el confeti, por lo que el Ayuntamiento debía organizar concursos anuales para su adquisición, concursos a los que no solo se presentaban empresarios locales. Para 1926 la Corporación adquirió 25.000 serpentinas y 500 kilos de confeti. Entre las curiosidades que nos aporta la documentación de estos concursos, podemos encontrar tarjetas de las distintas empresas con los artículos que ofrecían o una muestra o carta de colores de confeti presentada junto a la oferta económica por una empresa de Barcelona.
Visita el Archivo Municipal para poder ver todas estas curiosidades y otras sobre las fiestas de Carnaval que comienzan.