Opinion

Un volcán llamado Gobierno de España (VII)

Miguel Ángel Vicente | Miércoles 08 de diciembre de 2021

Y mientras esperamos a saber cuál será la siguiente aberración que salga a la palestra y de la mente trastornada y psicótica del Pseudo-Doctor-Sánchez, sin una dirección clara ante la pandemia del coronavirus, que ya está forzando la sexta ola (recordemos las eufóricas y desnortadas declaraciones de este psicópata, en orden a que ya habíamos vencido a la fiera), que puede ser de órdago y que en un afán de desquiciamiento se ha llamado a la tribu a una tercera dosis de vacuna, sin orden ni sentido, como siempre, en todo lo que toca este enloquecido Gobierno, que sólo piensa en ganar tiempo para seguir usando y abusando del poder, y la prueba la tenemos, una más, que haberlas haýlas y a millares, con el intento del PSOE de evitar la investigación europea sobre los casos de explotación sexual de, al menos 16 menores, en las Islas Baleares, asunto que puso de los nervios al entonces Vicepresidente Primero y Ministro de Asuntos Sociales, Pablito Iglesias, alias “El Jorobado de Notre Dame” o “El Coletas”, entre otros, que saltó (como si le hubieran pinchado con una aguja en su antifonario) de su escaño en el Congreso de los Diputados, tratando de quitarse el polvo de encima y que, a la par, para ser la izquierda, la simple y la compuesta, tan sensibles con los asuntos de los abusos sexuales y la defensa de las mujeres, impidió con sus votos, en el Congreso de los Diputados, una investigación a través de una Comisión, al igual que sucedió en el Parlamento Balear, con los mismos y equivalentes votos, dirigidos por la Presidenta de las Islas Baleares, Francina Armengol, que debe ser una señora de aúpa, tratando de echar tierra sobre el asunto, porque y esto es lo trascendente y esto habría que saber quiénes eran los beneficiarios de tales execrables actos, bastando recordar la misma operativa que se puso en marcha en la Comunidad Valenciana, desde la propia Consejería de Asuntos Sociales, a cargo de la Vicepresidenta y Consejera de tal ramo, Mónica Oltra, en relación con los abusos que su ex-marido, cometió, siendo su cónyuge todavía, sobre la menor de edad cuya tutela tenía asignada, con informes, incluso falsos, elaborados por la propia Consejería, tal como el Juez puso al descubierto y recriminó descarnadamente y con contundencia a la Consejería, que pretendía echarle el muerto a la propia víctima, y que acabó con una condena al culpable de cinco años de prisión, y sin que la Mónica, haya hecho un solo amago de pedir perdón, como debería haber hecho en primer lugar, y tras entonar, en cierto modo, su mea culpa, hacer mutis por el foro y presentar su dimisión, o, al menos, haber sido cesada por el Presidente Ximo Puig, que con su inacción se ha hecho cómplice de su Vicepresidenta.

Tal es el escándalo producido y la polvareda que el centro de menores de Mallorca ha levantado y pese a la opacidad con que el Retroprogresista Criminal Gobierno de España y el propio de la Comunidad Balear, no menos Criminal, con el Pseudo-Doctor-Sánchez y Francina Armengol, a la cabeza, respectivamente, negando a diestro y siniestro comisiones de investigación pedidas reiteradamente por la oposición, en un huir como huye el diablo ante la imagen de la cruz, lo cual será porque hay mucho tomate que ocultar y que callar, porque, repito, habría que llegar al fondo del asunto para saber, a ciencia cierta, quién o quiénes eran los beneficiarios de esas impúdicas imposiciones de prestaciones sexuales (quizás, personajes de los partidos que se cierran en banda a la investigación, lo cual sería de escándalo universal), por lo que ante esta negativa ha llevado a la Unión Europea a aprobar que una Comisión de Europa rinda viaje a las Islas Baleares, para analizar, in situ y a fondo, qué es lo que ha ocurrido y por qué ha ocurrido este dantesco, grosero y aberrante monumental episodio, precisamente cuando tanto el Gobierno Central como el Balear están encabezados y compuestos por miembros de las izquierdas, la simple y la compuesta, que son los que más alzan la voz a favor de la protección de los menores, de las mujeres y en ese mantra, repetido hasta la saciedad, de que “nadie se va a quedar atrás” (que respecto de éste deberían preguntar a los afectados por la erupción del Volcán de Cumbre Vieja de La Palma, que aún no han visto un céntimo de euro de las ayudas prometidas por el Ejecutivo Central y aprobadas a bombo y platillo, el mismo día de comenzar su desgracia y lo que te rondaré morena, porque esos fondos aprobados es posible que sigan el itinerario de lo que ocurrió con los ERES de Andalucía, y no acabe llegando nada a los damnificados, y de llegarles, será cuando las ranas críen pelo).

Y llama poderosamente la atención, respecto al infierno padecido por menores tutelados en los centros de ídem en las Islas Baleares, el silencio sepulcral de la persona que se viste y se reviste de ser la abanderada en la protección de los derechos de la mujer, nuestra Ministra de Igualdad, Irene Montero, que pareciera le hubieran cosido la boca, pues no ha dicho ni mú sobre el asunto, que, por cierto, recaía especialmente sobre las espaldas de su otrora queridísimo esposo, Pablito Iglesias, el de la bragueta ligera (recordemos el episodio conminando a una alumna a que pasara al lavabo donde le esperaba), cuando sin embargo, bien que la lió con las marchas del 11-M-2.020, origen del contagio masivo por el coronavirus y que causó la cifra, nada desdeñable de unos 100.000 muertos, un verdadero genocidio en toda regla, si es que ésta es la que el Gobierno enseña, que será mucho mayor dadas las trampas y mentiras a que nos tiene acostumbrados el Pseudo-Doctor y sus compinches o mariachis, como ocurre con la cifra de vacunación, que dadas las colas y las prisas por inyectarse la vacuna, ante la exigencia del pasaporte COVID, ese 70% del que tanto presume el Pseudo-Doctor, me parece que es otra trola mas y realmente bien pudiera ser que ese porcentaje de vacunación fuera la mitad de la mitad.

Así, que cada palo aguante su vela, pero, por favor, dejen ya de tomarnos por el pito del sereno, que de esas diez cabezas a que se refería Antonio Machado, nueve embestirán, pero, al menos, una, piensa.

MIGUEL ANGEL VICENTE MARTINEZ

8 DE DICIEMBRE DE 2.021