La oposición en las Cortes le ha recordado que ‘no traga’ con su relato de la gestión del coronavirus en Castilla-La Mancha.
El Debate del Estado de la Región ha dejado claro que en Castilla-La Mancha nadie cree a Page más allá de los ‘suyos’, abducidos por su jefe o palmeros por sus puestos de trabajo, los de sus familiares o por las importantes cantidades de dinero repartidas entre sindicatos y medios de comunicación afines para lavar su imagen.
El debate dejó claro que la oposición, que tampoco es la más astuta del mundo, ya no traga con las absurdas patrañas de ‘mal pagador’ de Page durante la pandemia.
Está meridianamente claro que el Gobierno de España lo hizo falta y nadie lo duda (más allá de los ‘ciegos’ abducidos por el ‘Dios’ Sánchez), pese a que el relato que se nos ha hecho en este medio año ha sido mentiroso, repugnante y falso.
Pues en Castilla-La Mancha ha pasado algo muy parecido, la gestión al principio fue tan mala aquí como la de Sánchez en el resto de España. Aquí también se dejó a su suerte a los sanitarios, aquí no se les proporcionó material para poder luchar contra la pandemia en condiciones mínimamente aceptables. Pese a eso, Page ha estado poco acertado en sus manifestaciones desde el primer día de la pandemia y cargó contra un colectivo, el sanitario, que ni de lejos podía aceptar que se metieran con ellos cuando estaban haciendo un esfuerzo inhumano. Page la ‘cagó’ y siguió cabezón con sus tontas palabras.
Lo peor de Page es que no ha sabido darse cuenta, ni han tenido los arrestos sus palmeros para decírselo, de que cuando uno manda debe asumir la gestión que hace. Es seguro que Page no trajo el coronavirus y nadie le culpará de eso, pero también es seguro que no ha sabido gestionar la parte que le tocaba.
Eso sí, palmeros no le han faltado y titulares de lo bien que lo hace tampoco. Todas las semanas desde hace meses la misma cantinela del mucho material que entrega a los sanitarios, que puede que ahora sea más o menos real pero que hasta hace ‘cuatro días’ no era suficiente.
Page empeñado en no abrir el nuevo hospital de Toledo, muerto de risa cuando hacían falta camas. Simplemente por cabezonería, por no dar su brazo a torcer ante la torpeza por la forma de pedirlo del PP.
Desde poco después del inicio de la crisis ha habido ‘chorros’ de dinero público desde Toledo para ‘blanquear’ una gestión que se califica por si sola con levantar un poco la cabeza.
Pero el presidente regional no es de los que aceptan críticas ni aceptan errores en la gestión, por eso tuvo la feliz idea de decir que Castilla-La Mancha estaba como estaba porque Madrid está muy cerca y los contagios vienen de la comunidad madrileña. Es otra forma de lavarse las manos, tipo Pilatos, pero además con malas formas y declaraciones que solo buscan, como siempre, salir en los medios nacionales, que nadie se olvide de Page más allá de Castilla-La Mancha.
Seguramente así lo logra, y que no se preocupe que dentro de la región tampoco será fácil olvidar su gestión, sobre todo los que han tenido enfermos de covid en estos meses y han tenido que ir a centros de salud y hospitales. Por cierto, mucho anuncio de contrataciones de sanitarios que o no han llegado donde hacían falta o no han llegado, sin más.
Lo ha hecho de ‘aquella’ forma que ha sido capaz de poner de acuerdo a todo el mundo sanitario, a todos. Nadie valora lo más mínimo su gestión de la crisis.
Page es el hombre anuncio, para quedar bien. Anunció, por ejemplo, que en Albacete estaba preparada la Facultad de Medicina para poder albergar camas de enfermos, y no se cansaron de enviar fotos y mostrarnos el lugar, diciendo que era inminente, solo que de inminente nada, a aquello le habrían faltado meses para poder estar activo. Él lo sabía, sus ‘palmeros’ también, pero quedaba estupendo hablar de todo aquello.
Pero con anuncios o sin ellos, la sanidad en Castilla-La Mancha continúa con problemas, muchísimos centros de salud necesitan personal, no es posible hacer rastreos a todos los enfermos, la atención sale adelante por el esfuerzo del personal. Pero resulta que los sanitarios también son personas y están cansados, cansados de luchar contra algo muy grande en inferioridad de condiciones, dejándose horas y sus vidas privadas por sacar adelante a los enfermos, a los de covid y a los demás. Que nadie diga que se recuperó la normalidad en centros de salud y hospitales porque simplemente es mentira, una más.
Por cierto, le ‘pondremos’ deberes también a la oposición, que pregunten cómo y en qué se ha gastado el dinero de la publicidad institucional desde que comenzó la pandemia. Además de hablar mucho hay que trabajar señores y señoras de la oposición.