Sociedad

Seguro que lo has disfrutado muchas veces, pero ¿sabes de dónde viene?

Lunes 18 de febrero de 2019
Todo el que alguna vez ha visitado Toledo, caminado por sus estrechas calles y contemplado el enorme patrimonio cultural que atesora la ciudad, sabrá que hay dos cosas que los locales han explotado con gran sabiduría, los cuchillos y los mazapanes.

Y es que, raro es voltear una esquina y no encontrarse con una tienda, confitería o convento que elabore este típico manjar navideño. Sin embargo, y como indican desde Dulces San Francisco, “el mazapán es para la mayoría de españoles un dulce típico navideño pero en Toledo es un dulce que se disfruta durante todo el año. Tiene un papel relevante en nuestra gastronomía, tal es así, que raro es el restaurante que no lo incluya en su menú”.

Pero si hay una ciudad en España rodeada de leyendas esa es Toledo, ya sea por el misticismo que desprende o por su mezcla de culturas, Toledo ha sido el escenario de leyendas escritas por grandes literatos como Gustavo Adolfo Bécquer y por otras no tan conocidas, pero que igualmente han contribuido a conferir carácter a esta ciudad. Y como era de esperar, el mazapán, no ha permanecido ajeno a ellas.

Desde Dulces San Francisco comentan que “cuenta la leyenda que el mazapán surgió cuando tras la batalla de Las Navas de Todosa, en 1212, las existencias de trigo se agotaron y para paliar la hambruna, las monjas del Convento de San Clemente se vieron obligadas a emplear aquello de lo que disponían en su despensa, que no era otra cosa que azúcar y almendras, elaborando un majado a golpe de maza con estos ingredientes que simulaba el pan, de ahí su nombre”.

Sin embargo, los orígenes de este dulce no están tan claros, la leyenda y la realidad se entremezclan dificultando el poder establecer con precisión el momento de su aparición y las circunstancias. Lo que sí se puede afirmar es que la primeria referencia escrita a este dulce manjar aparece en ‘Las mil y una noches’ atribuyéndole propiedades afrodisíacas. Mientras que la primera referencia escrita que lo vincula con Toledo data de 1577, cuando Ruperto de Nola, cocinero de Don Fernando de Nápoles, publica un libro que contiene la fórmula de tan preciado manjar.

No cabe duda, todo en Toledo está rodeado de un halo de misterio, el mazapán no podía permanecer ajeno a ello.