Reencontrarse con una estudiante de Trabajo Social como tutora de prácticas y revivir la ilusión del conocimiento, de las posibilidades de la profesión ha sido un ejercicio muy saludable. Porque para mostrar los entresijos del quehacer diario es necesario parar, reflexionar, y enfrentarse a una misma, a lo que hace bien y a lo que no.
Se hace conveniente refrescar el sentido crítico para no dar por buena cualquier actuación. Es enriquecedor analizar con ella las situaciones más difíciles por las que atraviesan algunas de las personas con las que trabajamos, buscar entre las dos la mejor alternativa, la que mayor bienestar produzca. Sienta bien compartir.
Además ha sido un apoyo importante, su ilusión ha sido un motor fantástico, que hace trabajar como pocos combustibles. Ha refrescado la labor diaria, con unos engranajes algo oxidados con el tiempo. Quisiera ponerle objeciones, pero se fueron a los pocos días de que empezara su labor, siempre los cambios aunque sean pequeños generan cierta inquietud inicial.
Os animo a que seáis receptivos/as a estas propuestas, a que las viváis, las disfrutéis y las sufráis y nos hagan crecer como profesionales y como personas, facilitando el relevo de las nuevas generaciones de Trabajadores/as Sociales. (Francisca Soriano)
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Por mi parte, tengo que reconocer que ha sido una experiencia positiva, la parte más satisfactoria de la carrera. Al principio tenía reticencias a hacer las prácticas en los Servicios Sociales de Atención Primaria, no me parecían nada atractivos. Sin embargo, creo que fue una buena elección por la variedad de situaciones con las que se trabaja al ser la puerta de entrada a los Servicios Sociales.
Las prácticas me han permitido conocer la diferencia entre la teoría y la práctica del Trabajo Social. Por ejemplo en relación a la aplicación de algunos recursos como el asistente personal para las personas en situación de dependencia, que es mucho más inusual de lo que esperaba, o el excesivo retraso en la valoración de las situaciones de dependencia, que desvirtúa la respuesta que precisan.
Para mí las prácticas han sido fáciles, me he adaptado bien, también gracias a la tutora, que me ha abonado el camino. Ahora debo seguir con la memoria y otras cuestiones, valorando que esta experiencia, que era obligatoria en la carrera, además de enseñarme me ha enriquecido. (María Defez).
Lo han escrito Francisca Soriano Tolosa , trabajadora social de los servicios sociales de atención primaria de Casas Ibáñez (Albacete) y su alumna de prácticas María Defez Leal, estudiante del último curso del Grado de Trabajo Social en la UNED.
Francisca Soriano Tolosa. Colegiada 13-1813 es trabajadora social de los servicios sociales de atención primaria de Casas Ibáñez (Albacete) desde septiembre de 1990.
A lo largo de estos 28 años de profesión ha sido protagonista y artífice del desarrollo de los servicios sociales en la comarca de La Manchuela.
María Defez Leal, de Alborea (Albacete) es estudiante del último curso del Grado de Trabajo Social en la UNED; además de Grado Medio Atención Sociosanitaria y Grado Superior Animación Sociocultural.
A lo largo de los últimos meses ha realizado sus prácticas de Trabajo Social bajo la supervisión de Francisca Soriano.