En el fútbol que el balón entre o no en la portería, que se sumen puntos o no y que el equipo gane partidos o no, marca el presente de un club y señala a los equipos que tienen
proyectos factibles o a aquellos que tienen un futuro incierto y se les puede tildar de proyectos fracasados.
Es evidente que la liga ha comenzado hace poco, cinco jornadas en Segunda, y que todo está por decidir, pero el Albacete Balompié no levanta cabeza, es farolillo rojo de la competición, ha sumado 1 punto de 15 posibles y, lo que es peor, no se ve que el equipo sea capaz de cambiar el rumbo. El técnico cambia cada domingo a un buen número de jugadores, demostrando que es el primero que no acaba de creer en el proyecto.
Esta empresa se encontró con un entrenador que había logrado el ascenso y lo mantuvo. A día de hoy la confianza seguramente será mínima y Aira puede tener las horas contadas. El club, en su diseño, seguramente hubiera elegido otro nombre y el mal comienzo actual es un buen motivo para echarlo.
Skyline, los nuevos dueños del Albacete, tienen a día de hoy un proyecto fracasado en lo deportivo y que hace aguas en muchas materias más, como por ejemplo en la relación con sus propios empleados o con medios de comunicación.
Este proyecto de Skyline está basado, de inicio, en sacarle dinero al club a través de importantes sueldos de las personas que han desembarcado en la entidad. Ahí está el consejero delegado, el director general, el responsable de prensa, pero también la responsable de márketing, más gente de prensa, etc…, a todos ellos unimos el director deportivo nuevo, cierto es que este sueldo entra de lo normal porque todos los clubes tienen alguien responsable de la parcela deportiva. Sin olvidar que de momento no han entrado a fondo en ‘limpiar’ la nómina de trabajadores que estaban con los anteriores dirigentes, que es lo que a medio plazo se teme más de uno/a de los trabajadores del club.
Cero en detalles
En resumen, el Alba de Skyline, que fracasa en el apartado deportivo, ha multiplicado sus gastos en infraestructura, mientras no cuida detalles como el de tener contenta a su cantera.
En años anteriores, prácticamente siempre, el club daba a la gente de su cantera un pase para poder ver al Alba. Lógico, que los chavales, sus entrenadores, delegados, utilleros y demás puedan tener al menos esa recompensa de poder ver al equipo grande. Este año la política ha sido retirar todos los pases y el que quiera abono que lo pague.
Algo parecido a lo que ocurrió en pretemporada con los medios de comunicación, con la mayoría se tenían convenios y a cambio de entradas, que normalmente se rifaban o regalaban entre oyentes o lectores, los medios ponían a cambio la publicidad del Alba, las campañas de abonos, los partidos, etc. Eso también se cortó este año.
Detalles que nos hablan de unos rectores que no conocen las interioridades de un club de fútbol y que le hacen un feo grande a la cantera mientras ellos tienen abultados sueldos. La pregunta que se hacen muchos es ¿eso es fomentar la cantera? Al campo le sobran localidades vacías pero Skyline prefiere verlos así a sentar a sus canteranos. Eso sí, altos cargos hay cada vez más y el club debe soportar un gasto mayor, quizá por eso a los que menos cobran no les llega.
Hace unas semanas hubo un conato de plante de los porteros porque la empresa les adeuda varios meses. La empresa se defiende diciendo que como no cobra no puede pagar. Lo cierto es que no cobran y están cansados, porque además a ellos tampoco les dejan ver el fútbol gratis el día que no les toca trabajar, algo que al menos sí tenían años pasados. Recordemos que estamos ante personas que tienen contratos de tres o cuatro horas cuando hay partidos y que tienen que estar siempre disponibles y aquí tampoco el club se muestra nada cariñoso con ellos.
En resumen, no ha venido haciendo amigos Skyline.