Un ‘Via Crucis’ preparado por el grupo de teatro de la propia parroquia de San Pablo y que, año tras año, suscita una gran expectación y emoción.
El grupo que se encarga de hacer visible las 14 estaciones del Via Crucis. Una celebración que tiene momentos de todo: interpretación, oración, silencio, música en directo y en el que no podía faltar el sonido del tambor.
Comienza y finaliza el Via Crucis en el templo de la Parroquia de San Pablo y recorre las calles del mismo barrio. En la mañana del Viernes Santo, todas las parroquias celebran el rezo del Via Crucis pero la peculiaridad de esta parroquia está en ser el único interpretado de forma viviente en la capital.