La cocina de la región se compone de diversidad de platos tradicionales, hechos con ingredientes básicos y acompañados por vino, queso de oveja y variedad de postres. Todos son abundantes, y bastante sencillos en general, pero causan una buena sensación en los comensales.
La gastronomía toma lo mejor de la naturaleza del lugar. Abundan las berenjenas de Almagro, pimientos, aceite de oliva, carnes de animales de caza y de granja. Los ingredientes usados suelen ser frescos, pero también es costumbre conservar los quesos de oveja en aceite de oliva para alargar su duración más de 2 años.
A diferencia de la oferta gastronómica de Albacete y algunas otras regiones, la de Castilla-La Mancha se mantiene bastante tradicional, con nada más algún que otro ajuste moderno. Se sigue cocinando prácticamente igual desde hace varias generaciones, aunque se pueden ver a veces algunos cambios menores.
El vino como la bebida estrella de la región
Siempre presente en las comidas, se elabora con uvas locales. Hay varias denominaciones de origen que se pueden probar: entre las más conocidas están La Mancha y Valdepeñas, pero hay varias más, y todas merece la pena probarlas.
Una de las características principales de los vinos de aquí es que se beben jóvenes, y con un contenido de alcohol de más o menos 11 o 13 grados para que no sea tan intenso el sabor, sino que destaque el de las uvas.
El famoso queso manchego
Probablemente, se te viene a la mente el queso manchego siempre que piensas en uno típico de España, puesto que es el más famoso y uno de los más consumidos en el país. Se ha consumido desde hace muchísimas generaciones, y su creciente popularidad se debe a que la industria del queso se ha desarrollado, pero manteniendo su producción artesanal para conservar el característico sabor.
Pisto manchego, una especialidad nacional
Tomates, pimientos rojos y verdes y calabacín componen este plato que se sirve caliente o frío. El sabor tan intenso y fresco se debe a que todo es cultivado en la región, que valora enormemente la actividad agrícola. Lo más típico es servirlo con huevos fritos o revueltos, o solo como parte del primer plato.
Tiznao manchego
También se basa en los productos obtenidos en la misma zona. Los pimientos rojos se trocean y asan, se mezclan con tomates y se añade aceite de oliva y ajo. El plato es el bacalao fileteado cocido a plancha en una cazuela de barro, a la que se le añade la mezcla de pimientos y tomates con ajo, junto con cebollas.
Incluso, se utiliza el bacalao de salado, cuando suele ser descartado en otras recetas. Lo que se hace es sumergirlo en agua corriente durante un par de horas para quitar la sal de la superficie, lo que hace que no haya que añadir sal a la preparación para lograr un equilibrio en el plato a la hora de cocinarlo.
El es uno de los platos más singulares de la región, puesto que el bacalao es preparado de una forma muy diferente al de otras recetas de la cocina española típica. Además, es uno de los platos más laboriosos, lo que no es tan común de ver en esta cocina.
Sopas de ajo con “migas de pastor”
La sopa de ajo es bastante característica de Castilla-La Mancha, aparte de que se les suele añadir comino y migas de pan fritas, famosas “migas de pastor”. Si bien estas migas son muy similares al del resto de España, en este caso son remojadas en leche, chocolate o incluso servir de acompañante para los platos fuertes que contienen cerdo o sardinas.