En una entrada en su blog, ruralsiglo21.org, consultada por Efe, Martínez Arroyo subraya que desde hace unos años la vendimia en Castilla-La Mancha se adelanta, debido a que se cultivan prácticamente todas las variedades de uva del mundo, algunas de las cuales alcanzan el grado óptimo de maduración para la cosecha, a principios o mediados de agosto.
A ello, también se une el cambio climático, que comienza a manifestar sus efectos sobre los cultivos y, particularmente, sobre el viñedo, como han demostrado ya numerosos estudios.
Este año, las temperaturas extremas de la primavera, de récord, por ejemplo, en algunas zonas de la comarca de La Mancha, además de los efectos de las heladas y el granizo, fundamentalmente, en las zonas productoras de Rioja y Ribera del Duero, y la escasez de precipitaciones en las cuencas del Guadiana y el Duero, hacen prever una cosecha más temprana y más corta de lo normal.
Martínez Arroyo ha recordado que las previsiones de cosecha este año son mucho más reducidas que las medias comentadas, con una calidad esperada óptima.
Ha calculado que, en total, se podría alcanzar unos 20 millones de hectolitros en Castilla-La Mancha y de 35-37 millones a nivel nacional, lo que convertirá a esta campaña en una de las más reducidas de las dos últimas décadas.
El consejero ha recordado que el sector de la viticultura "es hoy más competitivo y profesional que hace unos años" y ha destacado la necesidad de una planificación sectorial, "que garantice la sostenibilidad a medio y largo plazo y la rentabilidad para todos".
Por eso, ha indicado que "las decisiones ya tomadas en materia de planificación en esta campaña se incluirán en un ambicioso Plan Estratégico del Sector Vitivinícola en Castilla-La Mancha, que verá la luz en 2018, con el objetivo último de aumentar la facturación del sector a 2.500 millones de euros".
A juicio de Martínez Arroyo, se debe aprovechar la buena interlocución entre el sector y la Administración y la coincidencia de objetivos para que esto sea posible.
Por último, ha señalado que la vendimia, que está ya a punto de generalizarse en Castilla-La Mancha, "debe servir para reforzar nuestra apuesta por la calidad y por las denominaciones de origen, que son nuestra punta de lanza de un sector, del que cada vez estamos más orgullosos".