El albaceteño Molina, que llegó al club el pasado verano, presentó su dimisión tras la destitución por parte del consejo de administración de Alberto Toril, entrenador del equipo.
Molina, cuyo contrato expiraba el 30 de junio, entendió que por "coherencia" debía abandonar el cargo ya que Toril fue su apuesta personal y, de esta forma, dejaba las "manos libres" al consejo para contratar a un nuevo técnico.
El manchego ni siquiera ha completado una temporada en el club, algo que sí logró su predecesor, Ramón Planes, quien renunció a seguir en junio de 2016 tras no obtener garantías por parte del consejo de administración de que tendría independencia en su parcela si llegaban nuevos accionistas.
Planes heredó un proyecto roto a finales de julio de 2015 tras el descenso administrativo del Elche a Segunda División, que provocó la desbandada de futbolistas de la plantilla.
El técnico catalán relevó en el cargo a Javier Cabello, quien apenas se mantuvo en el cargo durante tres semanas y que fue destituido por el nuevo consejo tras la dimisión de Juan Anguix, anterior presidente.
Solo un mes antes, en junio, era Víctor Orta, director deportivo fichado en el verano de 2014, el que renunciaba a cumplir su contrato y a seguir en el cargo tras el desgaste que había sufrido en el club, las limitaciones económicas y promesas incumplidas por parte del consejo que presidía José Sepulcre.
El último director deportivo que gozó de cierta estabilidad fue Jesús de Huerta, quien junto a Antonio Prieto, secretario técnico, y Toño García Hita, consejero delegado del área deportiva, logró confeccionar el equipo que ascendió a Primera (2012-13) y el de la posterior permanencia en la categoría (2013-14).
Pero la mala relación con Fran Escribá, entrenador, y el escaso rendimiento y elevado precio de algunos de los fichajes precipitó su relevo en la segunda temporada en Primera y la llegada de Orta.
Hace solo unas semanas, Diego García, presidente del Elche, había expresado públicamente su deseo de prolongar el contrato de Molina y de Toril, ya que indicó que el club, tras varios vaivenes, necesitaba algo de estabilidad deportiva para crecer deportivamente.
Sin embargo, la mala dinámica ha obligado al club a acabar la temporada con un técnico interino y sin director deportivo, ya que el propio presidente anunció que no se abordará la llegada del relevo de Molina hasta que concluya la competición.
No se descarta que Molina sea ahora el director técnico del Albacete Balompié, puesto que Víctor Moreno dimitió hace unas semanas y se fue al Lugo y el Alba no tiene sustituto. Se ha hablado de nombres como Antonio López Alfaro, Morientes o Jesús Muñoz, pero no es descartable que al final sea Molina.
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