Las fiestas en honor a la Virgen de la Piedad tienen más de 500 años de antigüedad y han sido distinguidas por su originalidad, antigüedad, calidad de los actos y capacidad para atraer cada año más visitantes.
El Gobierno de Castilla-La Mancha reconoce y valora el cuidado y el mantenimiento de las costumbres y las tradiciones de la región como parte necesaria en el sostenimiento de la cultura y la idiosincrasia de la sociedad castellano-manchega.
Así lo ha indicado la directora general de Turismo, Comercio y Artesanía, Ana Isabel Fernández Samper, en el marco de las Fiestas en honor a la Virgen de la Piedad que este fin de semana ha celebrado la localidad toledana de Villanueva de Alcardete.
La Dirección General de Turismo, Comercio y Artesanía del Gobierno de Castilla-La Mancha otorgó, el pasado mes de septiembre, el título de Fiesta de Interés Turístico Regional a esta celebración que destaca por diferentes actos religiosos como la ofrenda de flores y la procesión. Además, se trata de una fiesta de un gran culto y fervor, en la que cobran protagonismo, sobre todo, la función a la Virgen y la procesión, acompañada siempre por las “niñas danzantas y el gabozorra”. Tienen más de 500 años de antigüedad y han sido distinguidas por su originalidad, antigüedad, calidad de los actos y capacidad para atraer cada año más visitantes.
La pólvora es un elemento destacable durante toda esta festividad, pero más aún la tarde de la procesión, en la que durante todo el trayecto y sobre todo al final, la imagen de la Virgen de la Piedad va siempre acompañada de ese olor tan característico que se mantienen en el recuerdo hasta el año siguiente, mezclado con el sonido de la dulzaina, el tamboril, las castañuelas y el paloteo de las danzantas.
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