Según el escrito de la Fiscalía, los abusos a la primera menor, la hija de su mujer, comenzaron en el verano de 2007 cuando ésta decidió traer a España a sus hijas menores residentes en Colombia para que vivieran con carácter estable junto a la pareja.
En ese momento, la mayor tenía once años, cumplió doce en el mes de agosto, y desde que comenzó la convivencia, el acusado -nacido también en Colombia e identificado como C.C.L.- aprovechó que la niña no se hablaba con su madre desde que ésta se marchó del país para "solicitarle favores sexuales de todo tipo".
El procesado aprovechaba que la madre no se encontraba en el domicilio al estar trabajando para "introducirse en la cama" con la menor y "realizarle tocamientos" hasta que "pocos meses después logró consumar la relación sexual".
Esta situación se mantuvo hasta prácticamente el final del año 2013 cuando la menor, que no aceptaba las relaciones, pero "entró en una dinámica de aceptación a la situación que experimentaba", cumplió la mayoría de edad.
Como consecuencia de estos hechos, que ocurrieron en los tres domicilios familiares en los que vivió la familia durante estos nueve años, la niña "sufrió una situación de elevado estrés compatible con la sintomatología ansioso-depresiva que ha presentado con posterioridad" y por la que recibe tratamiento.
Los abusos a la segunda menor se produjeron a partir de enero del año 2013, después de que en diciembre de 2012 la menor de once años comenzase a residir junto a su madre en el domicilio de la familia del acusado.
La primera vez que ocurrió fue cuando el procesado se cruzó por el pasillo con la niña y "de manera inopinada le dio un beso en la boca" que motivó su "airado reproche".
Uno o dos meses después, este se introdujo en la cama de la menor y comenzó a tocarla, ante lo que ésta "le apartó bruscamente con su mano, no llegando a más la situación".
Este comportamiento del acusado hacia la menor finalizó tras el "rechazo enérgico" de la menor cuando el procesado intentó "tocarle su zona púbica".
A consecuencia de estos hechos, la niña manifiesta una "reactividad emocional leve", según el escrito de la Fiscalía.
Por los abusos continuados a la primera menor, el fiscal solicita diez años de cárcel, la prohibición de que se acerque o comunique con ella por un periodo de dieciocho años y le pide que la indemnice con 60.000 euros por los daños morales que la ha ocasionado, a lo que suma el coste del tratamiento psicológico.
Por parte de la segunda menor, la Fiscalía pide imponer al acusado otros cinco años de prisión, que no se acerque ni comunique con ella durante nueve años y que la indemnice con 3.000 euros por los daños morales ocasionados.
El juicio se celebrará en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Toledo el próximo miércoles 21 de septiembre a partir de las 10:00 horas.