La sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, considera probado que el joven, que en el momento de cometer los crímenes -el 23 de diciembre de 2014- tenía 29 años, cometió dos delitos de asesinato con alevosía, aunque se le aplica el eximente completa de alteración psíquica, lo que le evita ingresar en prisión, si bien deberá cumplir 17 años y 2 meses de internamiento en un centro psiquiátrico por cada uno de los dos crímenes.
Además, ha sido condenado a indemnizar con 200.000 euros a sus cinco hermanos.
La sentencia considera probado que el joven, desde 2005, padecía esquizofrenia paranoide y aunque no tenía conciencia precisa de su enfermedad, había ingresado en al menos cuatro ocasiones en centros psiquiátricos.
Esta enfermedad le generó un delirio estructurado por el cual asumía que sus padres y el resto de su familia le tenían secuestrado desde hacía años y a ello se sumó que no tomaba la medicación de forma pautada y, además, consumía de forma habitual drogas como cocaína y cannabis.
Según los hechos probados, en la tarde noche del 23 de diciembre de 2014, el joven, que estaba en su casa con sus padres, se sumió en uno de sus delirios y cogió un cuchillo de cocina, que utilizó contar sus padres.
En un primer momento, acabó con la vida de su madre, a la que asestó más de veinte puñaladas y, después, dio muerte a su padre tras acuchillarlo en 18 ocasiones.
Tras acabar con la vida de sus padres, el acusado se sentó en el salón de estar, donde permaneció hasta la llegada de su hermano y, después, de la Guardia Civil, que detuvieron al joven e incautaron el cuchillo.
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