desarticular una red organizada dedicada al tráfico de drogas, que la introducía en España en paquetes con folios impregnados de sustancias estupefacientes.
El subdelegado del Gobierno en Ciudad Real, Fernando Rodrigo, y el Teniente Coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, Humberto Urruchi, en rueda de prensa, han explicado hoy los detalles de la operación "Guadua", que ha permitido, además, desmantelar seis puntos de venta en la provincia de Ciudad Real y otro en Albacete.
En total, se han intervenido 2,5 kilos de cocaína, 900 gramos de metanfetaminas (MDMA) y 35.000 euros en efectivo, y se han detenido a todos los integrantes de la banda.
Las investigaciones se iniciaron a finales del mes de octubre del pasado año, tras la incautación de un paquete postal en el aeropuerto de Bogotá (Colombia) con 265 gramos de cocaína y que tenía como destinatario a una persona de Campo de Criptana (Ciudad Real).
La Guardia Civil comprobó que esa persona formaba parte de una red delictiva organizada que se dedicaba al tráfico de drogas en las localidades de Campo de Criptana, Tomelloso, Argamasilla de Alba, Alcázar de San Juan y Villarrobledo.
Después, los agentes determinaron que los suministradores contaban con una infraestructura para la recepción de la droga en España que hacía muy complicado detectar el envío de esos paquetes en origen y en destino.
Contaban, para ello, con la ayuda de un empleado de una subcontrata de la Universidad Carlos III, encargado de repartir en este centro los paquetes procedentes de varias universidades colombianas, alguno de los cuales contenían cocaína en su interior junto a documentos académicos.
Terminada su jornada laboral, sacaba de la Universidad los paquetes que contenían la droga, que entregaba a los encargados de extraerla y prepararla.
La droga venía impregnada en los folios del paquete postal e incluso los propios folios estaban fabricados con cocaína.
Las metanfetaminas, por su parte, eran adquiridas a un suministrador de Sevilla, quien enviaba paquetes postales de peso no superior a 50 gramos para no levantar sospechas.
En este caso los paquetes eran remitidos a los destinatarios concretos que las habían adquirido.
Rodrigo ha revelado que los agentes realizaron una falsa entrega para poder demostrar la implicación del empleado de la Universidad, que fue detenido cuando iba a realizar la entrega.
Posteriormente, se realización once registros domiciliarios: dos en Madrid, tres en Alcázar de San Juan, dos en Campo de Criptana, uno en Villarrobledo y tres en la localidad sevillana de Marchena.
El resultado final de esta operación, también ha permitido el descubrimiento de un laboratorio de extracción y adulteración de cocaína.