Hoy es un día importante para el periodismo de Castilla-La Mancha, y de España en general, un cacique de la información ha dejado de echar mierda sobre una institución digna como es la televisión de Castilla-La Mancha. Han sido cuatro años de vergüenza ajena, de tener que quitar la televisión regional porque era infumable la manipulación barriobajerra con la que trataban los temas de esta región.
Dirán los votantes del PP o los puristas de la información que en todos los medios públicos hay manipulación, y no seré yo el que lo niegue. Lo que digo es que lo de esta persona y la tele regional era la mayor vergüenza que te puedes echar a la cara, como espectador y como informador, y no digo ya si estás dentro y te hacen ‘tragar’ con su forma de enfocar los informativos. No es extraño que dentro muchos profesionales hayan vivido en la ‘cárcel’ de no poder informar con la más mínima objetividad. La tele de Villa era la tele de la manipulación, la de las mentiras y engaños, la de que bien se está en la región, que fiestas más bonitas tiene y viva Cospedal, que buena que es la presidenta y que bien lo hace todo.
Noticias de verdad, objetivas, ni una he logrado ver. Igual ha habido alguna, yo no la he visto. He de decir que no veía muchos informativos porque del estómago sufro desde los primeros meses de Villa al frente de la tele.
Por eso digo que hoy se respira mejor en Castilla-La Mancha, el aire está más limpio. Estoy seguro que su sustituta no lo podrá hacer peor, creo que tendría que volver Villa o esperar que nazca otro igual para ver algo tan burdo y repugnante. Habría que añadir aquí a unos cuantos que viendo los chorros de dinero que reciben sus digitales y luego van por las tertulias diciendo lo buenos que son Rajoy y Cospedal, también lo podrían haber hecho ‘tan bien’ como lo ha hecho Villa.
Profesionales de la tele regional, un abrazo y mi más sincera enhorabuena. Espectadores y gentes de bien de Castilla-La Mancha, hoy somos mucho más libres.
Diré que a la gente de la información nos queda el orgullo de decir que no somos todos iguales, que hay gentes de bien en los medios de comunicación.