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Los paisajes de la ruta senderista entre Ayna y Liétor sorprendieron a los participantes (fotos)

Los paisajes de la ruta senderista entre Ayna y Liétor sorprendieron a los participantes (fotos)
domingo 07 de junio de 2015, 17:32h

Se celebró la decimoquinta de las rutas que la Diputación Provincial de Albacete

 organiza dentro de la II Edición de Rutas de Senderismo.
Tras las anteriores ediciones en Almansa, Villalgordo de Júcar, Madrigueras, Chinchilla, Alcaraz, Alpera , Bienservida, Yeste , Fuentealbilla, Pétrola, Pozo Cañada, Peñas de San Pedro, Casas de Ves y Jorquera, ahora los senderistas se desplazaban a la Sierra del Segura, a Liétor.
La ruta se denominaba “Ruta Ayna-Liétor”. Con una dificultad técnica media, un recorrido de 13,9 kilómetros, y aproximadamente cuatro horas y media de duración.
Llegábamos con el autobús a las impresionantes curvas de Ayna un poco antes de las ocho de la mañana, con paciencia fuimos bajando y pudimos ver un monumento en forma de vespa con sidecar para recordar la famosa película de José Luis Cuerda, “Amanece que no es poco”, ya que Ayna y Liétor pertenecen a la ruta de los pueblos de esta película. Ayna es el pueblo que más aparece en ‘Amanece que no es poco’ y es aquí donde se ha instalado el Centro de Interpretación con toda la información de la ruta y un centro de interpretación de la película.
Tras tomar un café, comenzamos la ruta en dirección Este para salir del pueblo por el camino del cementerio, por la margen izquierda del río Mundo, para llegar en poco más de un kilómetro a El Salero, un paraje en el que se ubican unas antiguas salinas árabes.
De esta explotación quedan todavía un gran número de pilas de evaporación, situadas junto a unas viviendas, y en lo alto de un gran risco se observan unas ruinas que sirvieron de torre de vigilancia. Por este lugar pasa el río Mundo y, arrullado por los impresionantes murallones rocosos de sus márgenes, forma una de las hoces más profundas y estrechas de todo su cauce.
Toda la margen izquierda del río se encuentra bastante deforestada, pues sus tierras se utilizaron en otros tiempos para la producción de esparto, que fuimos observando durante casi toda la ruta, con el bello contraste de sus flores secas que brillaban con la luz del sol. El esparto fue una fuente de ingresos muy importante para las economías de Ayna y Liétor. Sin embargo, toda la margen derecha del río Mundo aparece totalmente tapizada de pinos carrascos y negrales, que en muchos casos quedan colgados de las mismas cornisas de sus altas orillas.
También destacan entre la vegetación silvestre algunas encinas y sabinas, más abundantes en tiempos pasados, coscojas, granados, enebros, lentiscos, retamas, jaguarzos, torviscos, aliagas, romeros, tomillos y chumberas, estas últimas en las cercanías de las poblaciones.
A poco más de dos kilómetros de El Salero se encuentra el caserío de La Alcadima, entramos ya en el término municipal de Liétor, hace tiempo abandonado, aunque todavía se conservan casas, de hecho estaban restaurando una, y algunas huertas, el río Mundo pasa casi pegado al pueblo, donde hay un puente una caída de agua muy bonita bajo el mismo.
El agua se hace notar por la cantidad de vegetación, fuentes y acequias que nos vamos encontrando, cosa que es de agradecer ya que el calor va apareciendo, aunque con una pequeña brisa que lo calma un poco.
Conforme vamos avanzando descubrimos unas grandes tuberías que caían del  alto de la montaña de la margen derecha, llegamos a la central hidroeléctrica de Híjar, muy cerca de esta aldea de Liétor formada por dos núcleos de población a ambos lados del río Mundo. Cuando Ayna era un enclave fronterizo del reino de Castilla, en Híjar conservaban todavía los musulmanes del reino de Murcia una pequeña fortaleza, de la que apenas quedan en pie un pequeño lienzo de piedras y argamasa con un contrafuerte y algunos restos de lo que fue una muralla.
Durante la dominación musulmana la fortaleza de Híjar fue la llave que controló el paso por el río Mundo. Es aquí donde nos cruzamos a la margen derecha del río Mundo, y lugar donde paramos a almorzar a la sombra de un viejo olmo. Aquí descubrimos algunas construcciones antiguas, por desgracia abandonadas y  medio derruidas, también pudimos observar un horno moruno en perfectas condiciones con sus aperos, que a buen seguro siguen dando uso las gentes de la zona.
Desde aquí vamos aproximándonos hacia el río, primero por una parte más descubierta y hacia arriba, luego entre pinos y espartos en bajada, hasta llegar a él y llegando a unos parajes preciosos entre el río y la roca de la montaña, un verdadero vergel.
Dejamos la senda por la que íbamos y nos vamos alejando del río, ya por pista y  donde podemos ver algunas zonas de cultivos. Cogemos altura y desde luego el paisaje no deja de sorprendernos, el río Mundo abajo rodeado de verdes huertas y protegido por las gigantes moles de roca caliza que forman un impresionante cañón.
Poco a  poco, aunque a buen ritmo, llegaremos hasta la carretera que viene de Elche de la Sierra, por la que vamos a seguir hasta llegar a Liétor y que ya podemos ver al fondo. Llegamos a un puente desde donde podemos observar una preciosas vistas del pueblo saliendo de la montaña con el río a sus pies, río en el que ya se estaban refrescando varios niños y algún que otro adulto, en una zona bien preparada para estos menesteres. Continuamos un poco por el río para acometer una buena subida que nos llevaría hasta las estrechas calles camino de la plaza de este bello pueblo serrano, alrededor de las 13.30 horas.
Tras refrescarnos en su famoso pilón nos dirigimos al lado a comer en el bar “La Parra” donde habían preparado una comida a base de ajitomate, gachasmigas, moje de zanguango y atascaburras, y como plato principal Olla de Aldea y para rematar la faena unas hojuelas con miel, postre tradicional de estas tierras elaborado con harina, azúcar, huevo y aceite y algo de sal.
Después de comer visitamos el rico Patrimonio Civil y Religioso Letuario con el siguiente itinerario: Iglesia del Exconvento de Carmelitas Descalzos, Lavaderos, Plaza del Conde y patio de la casa de los Galera, miradores sobre el acantilado del río Mundo y pasarela del Pilancón, visita a la Ermita de Belén, Molino - Museo “Diego Lloret, Iglesia Santiago Apóstol y Museo Etnológico.
La próxima ruta será el domingo 14 de junio en Ontur, una ruta denominada “Sendero del Madroño y la Florida” una ruta circular de 14 kilómetros de distancia, de una dificultad media-baja y con salida a las ocho de la mañana desde la puerta del Ayuntamiento de Ontur.



 

 

 

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