El Comité Federal del PSOE ha acordado hoy, con una amplia holgura, abstenerse en la segunda votación de investidura de Mariano Rajoy, lo que supondrá poner fin a diez meses de bloqueo en la formación de Gobierno.
Según han confirmado fuentes socialistas, la abstención se ha impuesto por 139 votos a favor y 96 en contra. De los 237 miembros acreditados hoy del Comité Federal, dos no han ejercido derecho a voto.
Entre quienes han pronunciado a favor de la abstención están los presidentes de Andalucía, Susana Díaz; Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, que en público han evitado pronunciarse abiertamente a favor de abstenerse.
Después de unas cuatro horas de debate, los socialistas han votado sólo la primera de las dos resoluciones presentadas ante el Comité Federal, la de la eurodiputada Elena Valenciano, a favor de la abstención en la segunda votación, mientras que la de la federación vasca, que abogaba por el no en las dos votaciones, ha decaído.
Aunque la resolución señala que la decisión debe ser acatada por todo el grupo socialista, fuentes del PSOE han explicado que se deja en manos de la gestora en conversación con el grupo parlamentario determinar si será en bloque o sólo de los 11 diputados necesarios para facilitar la investidura de Rajoy.
La resolución aprobada, presentada por la eurodiputada y ex 'número dos' del partido Elena Valenciano, apela a la "responsabilidad" que los socialistas han asumido como partido de gobierno mayoritario durante la democracia.
Recoge el mandato al grupo socialista de votar no a la investidura de Mariano Rajoy en la primera votación y de abstenerse en la segunda, con el objetivo de "desbloquear la excepcional situación institucional que sufre el país".
"A nadie se le oculta que no es una decisión fácil, pero tampoco contemplamos el ejercicio de la responsabilidad política, en esta coyuntura ciertamente excepcional, como una carga que nos resulte ajena o incompatible con el papel que hemos venido desempeñando en nuestra democracia constitucional", señala el texto.
El Comité Federal comenzó su reunión esta mañana con 45 minutos de retraso, mientras se debatía sobre la renovación de los tres miembros de la Mesa, en un cambio que ha causado malestar entre los afines al anterior secretario general, Pedro Sánchez.
José Blanco ha sido nombrado presidente de la Mesa en sustitución de la andaluza Verónica Pérez, mientras que Carmen Madrid, de la agrupación de Bruselas, es la nueva vicepresidenta en lugar del vasco Rodolfo Ares y la miembro de Juventudes Socialistas de Andalucía Mariola López ejerce de secretaria, en sustitución de la catalana Núria Marín.
También ha habido polémica con los turnos de palabra, ya que la gestora ha pedido que se acortaran para no prolongar el debate.
José María Barreda, muy visible entre los castellano-manchegos
“El peor favor a España y al PSOE son unas terceras elecciones en las que la derecha alcanzara la mayoría absoluta”, dijo Barreda. El expresidente afirma, en el Comité Federal socialista, que “podemos controlar mejor a la derecha si está en minoría”
El ex presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, ha señalado hoy, durante su intervención en el Comité Federal que los socialistas están celebrando en Madrid, que “el peor favor que podemos hacer a España y al PSOE son unas terceras elecciones en las que presumiblemente la derecha alcanzaría la mayoría absoluta”.
Por este motivo, ha abogado porque se decida que los diputados socialistas en el Congreso se abstengan en segunda votación en la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. Barreda dejó claro que defender la abstención no significa de ninguna manera que queramos un gobierno del PP sino que es preferible no ir a unos terceros comicios para así, con el actual reparto de fuerzas, “controlar mejor a la derecha si está en minoría”.
El también diputado socialista por la provincia de Ciudad Real subrayó que los castellano-manchegos no quieren que una persona como Cospedal “que nos ha hecho la vida imposible política y personalmente” sea ministra, pero las decisiones “no se pueden tomar desde el odio” porque lo determinante no es una competición para ver quién odia más al PP sino para ver quién les gana más y mejor en las elecciones.
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