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La encrucijada

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 19 de octubre de 2016, 03:13h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

Bien, el golpe de mano dado en la Sede de Ferraz el pasado sábado uno de octubre de 2016, cocinado en Andalucía bajo la batuta de la Presidenta de la Junta de ídem, Susana Díaz, acabó con las expectativas de Pedro Sánchez de seguir  al frente del Partido Socialista Obrero Español, como Secretario General del mismo y a cuyo cargo llegó por la muy democrática vía de la elección directa por los militantes del PSOE en unas primarias, y asimismo, se laminó la posición del PSOE, adoptada en su último comité federal del “no es no” a Don Mariano Rajoy Brey, haciendo descarrilar la posibilidad de la formación de un Gobierno alternativo de progreso y futuro.

Bien, tras el antidemocrático golpe de mano, quizás el más antidemocrático (suponiendo que vivamos dentro de los parámetros de una democracia verdadera y cierta) que se recuerda en la reinstaurada democracia española, basada en la Constitución de 1.978, incluido el intento de golpe de Estado del Teniente Coronel, Tejero, y como si no hubiera ocurrido nada, que es lo que pasa en este país, que enseguida se echa una capa de pintura sobre el barro y pelillos a la mar y aquí paz y allá gloria, han aparecido los nervios y el dislate y la confusión dentro del PSOE, sumido en un maremágnum y un sudoku de los que van a salir más bien mal que bien parados.

Bien, tras ese golpe, se formó la gestora que asumió el encargo de llevar a buen puerto la investidura de Don Mariano Rajoy Brey, actualmente Presidente en funciones del Gobierno de España, pero que lo será de facto una vez se produzca aquélla. Desde luego, dicha gestora, con Javier Fernández, Presidente del Principado de Asturias, a la cabeza, amén de intentar que las revueltas aguas vuelvan a su cauce dentro del PSOE, tras el golpe de mano llevado a efecto, que debiera avergonzar hasta a las ratas, y tratar de poner un punto de sutura en la más que previsible ruptura interna del Partido de Pablo Iglesias Posse, faena tiene por delante, de manera que no va a poder soltar la aguja, si se ha puesto como meta “coser” el partido, tal como proclamara la Presidenta Andaluza y repitieran, incluso él mismo, como un mantra, todos los conjurados para decapitar a Pedro Sánchez, en un linchamiento propio de las dictaduras bananeras o del lejano Oeste.

Y la prueba de que el cosido le va a costar y le va a crear más de un dolor de cabeza, ya lo tiene con la reelección de Miqel Iceta al frente de los socialistas catalanes, que, por muy catalanes que se les quiera hacer ver, no tienen un pelo de tontos, y tras la victoria en sus primarias, ya ha dejado claro y anunciado a bombo y platillo que el “no es no” del ex-Secretario Pedro Sánchez, a Mariano Rajoy y al PP, sigue vigente e incardinado en las venas de los socialistas catalanes, que no se llaman andana como algunos compañeros de partido, que jugaron al gato y al ratón, y que no se bajan los pantalones y siguen vistiéndose por los pies. Y a lo hecho, pecho, como sanciona el refranero español, tan certero, como, a la vez, tan puñetero, y ello, lo ha dejado claro Miqel aunque el nuevo Comité Federal de su partido arríe las velas del navío y haga uso de ese otro lapidario refrán, según el cual “donde dije digo, digo Diego”, y a otra cosa mariposa, aprobando la “abstención” del grupo socialista para la investidura, a mayor gloria de Don Mariano Rajoy Brey, y que supondría un baldón vergonzante para el más que centenario partido del socialismo español, aunque lo más probable y para intentar salvar los muebles y el ¿honor? del partido lo más probable es que opten por lo que han denominado la “abstención técnica”, que supondría la abstención de simplemente once diputados socialistas, lo que sería suficiente para la proclamación de Rajoy como Presidente del Gobierno de España, lo que, probablemente, creará algún dolor de cabeza en ese Comité Federal previsto para los próximos días, sea, para no poner entre la espada y la pared a esos once del patíbulo en la sonrojante tesitura de tener que retratarse “viva voce” ante el Pleno del Parlamento Español, o sea, del Congreso de los Diputados, pactar la ausencia de esos once diputados en la sesión de investidura, lo que constituiría una abstención negativa por omisión y salvaría la sonrojez en la cara de los concernidos, aunque el baldón seguiría recayendo sobre sus personas, porque se sabrán quiénes se han ausentado. Desde luego, esta forma sería ignominiosa para el candidato a la investidura, lo que le dejaría bastante tocado y, en cierto modo, dañaría directa y gravemente esa investidura, que quedaría como una caricatura de lo que se espera de la misma. En cualquier caso, no lo tiene fácil la gestora ni el Comité Federal, porque habría que pedir voluntarios para someterse al descrédito y a la deshonra, ya sea a cara descubierta o a calzón quitado, o sea a escaño vacío, pero, como he dicho, constará en los anales del parlamentarismo español, como una maniobra oscura, trapacera y vergonzante. Quizás, llegado a este extremo, la gestora debiera contar con los diputados que estuvieran a favor de la “abstención” y sortear entre los mismos el honor (o deshonor, según se mire) de marcharse al baño a la hora de la votación o no aparecer por el hemiciclo el día de marras. Pese a ello, con ello, valga la redundancia, no se conseguiría desvisualizar el espectáculo de la división o, quizás, ruptura, dentro del Partido Socialista Obrero Español.

Y mientras tanto, la intrigante Susana Díaz (que trata de imponer la disciplina de voto en su partido respecto a la “abstención”, pensando en que mal de muchos consuelo de tontos, y para diluir su gran responsabilidad en el gallinero en que ha convertido al PSOE), y verdadero motor de este golpe de mano, se ha retirado, tras la conjura, a sus aposentos y guarda silencio, en espera de que el bonachón de Javier Fernández reciba cuantas hostias le lluevan, y luego, cuando las aguas se calmen y haya posibilidad de acceder al Gobierno, aparecer ella subida al caballo blanco del poder blandiendo su empoderamiento, ya que de momento su asalto a Ferraz está aparcado hasta que los hígados de las ocas sagradas y las arúspices le garanticen que el Partido está pacificado, que los daños que al mismo se le han inferido por su torticera forma de proceder han sido reparados y en el horizonte se le aventure la oportunidad de conseguir el Poder de la Nación, creyéndose un mirlo blanco que nada sabía y que nada sabe salvo el de satisfacer su avariciosa ansia de poder y protagonismo. Aunque para todo ello, desde luego, habría que esperar un amplísimo margen de tiempo, que no sé yo si supondría que la aspirante a ocupar la Presidencia del Gobierno de España ya estuviera jubilada o tuviera que acudir con andador a la toma de posesión, porque los daños inferidos a su Partido son de tal calibre que no bastará un mero zurcido, sino una intervención a fondo de alta costura para poder volver a poner en pie, de nuevo, a la “famélica legión”.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

19 de octubre de 2016

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