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La cabra tira al monte

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 14 de septiembre de 2016, 02:03h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

O, más bien, nunca ha bajado del monte, ni para qué, si desde allí domina todo el horizonte, del uno al otro confín, al menos el de la piel de toro, como se conoce a este país, aún hoy, a duras penas, llamado España. Y acostumbrada, bajo el manto de una mayoría absoluta, esa cabra ha venido haciendo, un día sí y otro también, de su capa un sayo, ninguneando a todo aquél que ha osado no someterse, en cuerpo y alma, a los dicterios de sus mandamases, que se sienten ungidos por las manos de los Dioses, a la manera como lo entendían los faraones del antiguo Egipto, los Césares de la Roma Imperial y los monarcas de la Europa anteriores a la Edad Contemporánea, especialmente en los siglos XVIII y XIX. Y teniendo esa traza, esa ascendencia en el más allá, de donde se invisten del poder más absoluto y oligárquico posible y sea definible, nadie puede osar toserle a este nuevo mantra, a este nuevo, hoy por hoy, señor de los anillos, que, además, también usurpa el papel del “amo del calabozo”. Y en esta tesitura, así nos luce el pelo y así nos la prometen: dictadura democrática, que no es sino una aberrante dictadura revestida formalmente de democracia, por el solo hecho de que el pueblo, constituido por los parias de la tierra, aunque ya estemos en el siglo XXI, le sea permitido cada equis tiempo acudir a votar y depositar su voto en la urna, en lo que vienen llamando la “fiesta de la democracia”. Pero, y esto es cierto, hay que tener en cuenta que el propio pueblo, esos parias de la tierra, en su inmensa mayoría constituido por los denominados ciudadanos, están felices y encantados de haberse conocido y se conforman con un pedazo de pan y los desechos de los supermercados depositados en los contenedores de basura, al haberles sido abducida la inteligencia y el alma, y haber pasado a constituir eso que, con toda la razón del mundo, Juan-Manuel de Prada, intitula “la demogresca”, a la que se llega, siguiendo su argumentario, a través de la “cretinización” de las masas. ¡Démosle a esa amorfa masa de carne con ojos y pongamos a su alcance todos los medios a fin de insuflarles la idiocia, la estupidez y la mentecatez, tales como unas buenas raciones de fútbol, de toros, de Juegos Olímpicos, etc, y, por si fuera poco, los medios derivados de las nuevas tecnologías, tales como los móviles inteligentes a fin de que maten su tiempo en la caza de Pokémon-Go, o jugar al Frozen o al Candy-Crash, mientras sueñan en convertirse en ronaldos, messis o nadales!.

Bien, hora es de dar significación a ciertos refranes del refranero español, tan certero como puñetero, que constituye una verdadera enciclopedia del saber y del comportamiento de lo que denominamos humanidad. Dícese que la cabra tira al monte, cuando alguien, equivocada y erróneamente, normalmente a sabiendas, actúa de una manera torticera y falaz, en un caso y asunto concreto, a veces con carácter general, aunque formalmente y de cara a la galería quiera aparentar una imagen de bondad, de disposición de servicio hacia los demás, pero tira más su ADN montesco y en cuanto pueden, ¡zas!, ya los tienes en lo alto de la ladera más alta del monte, sin que, por más que quieran, que la verdad es que no quieren, intenten ser sensatos, prudentes, mesurados y ponderados, pero ese ramalazo, que forma parte de su dicho ADN, les lleva siempre al monte, sea ante quien sea, cueste lo que cueste, y caigan tirios o troyanos, porque, en realidad, esa es su forma de ser, de actuar y de comportarse, sin que tengan remedio. Por poner un ejemplo claro, aunque dramático, es como ciertos reos (léanse de delitos sexuales), que aunque parezcan reinsertados, no tardan en volver a reincidir y delinquir.

Hay, también, un refrán, muy definitorio y clarividente sobre esa forma de actuar, que no es otro que aquél que dice que “antes se pilla a un mentiroso que a un cojo”, y es que la mentira es ese otro elemento consustancial al citado ADN, y no pasa día que no se le descubra un nuevo engaño, ficción o patraña.

Y un ejemplo (no hace falta remitirse al 11 de marzo de 2.004 y siguientes días) ,muy reciente lo tenemos en el asunto de la del nombramiento del ex Ministro de Industria, José-Manuel Soria, para el cargo de Director Ejecutivo del Banco Mundial. Operación descubierta justo dos minutos después de sufrir Don Mariano Rajoy Brey el segundo revolcón en el Congreso de los Diputados en relación con su investidura para ser, de nuevo, Presidente del Gobierno, quizás con la esperanza de que a la segunda habría de haber sido la vencida y ya no hubiera habido marcha atrás en relación con el citado puesto en el Banco Mundial, tratando de engañar al iluso Albert Rivera, con el que, mientras negocian los pactos de regeneración democrática y política del país, le dan sopas con onda, pues si de un lado se invisten con la piel de cordero sobre la piel del lobo, anunciándose y proclamándose como los adalides de la lucha contra la corrupción, héte aquí, que con la otra mano siguen erre que erre, ante la impasividad del Presidente de Ciudadanos, al que, como ya hemos dicho en más de una ocasión, le viene ancho el traje y está falto no de uno, sino de varios hervores, y mucho me temo que más bien antes que después, siga la estela del UPyD de Rosa Díez, pues no se puede ir por la vida y más ante los tahúres que tiene enfrente con esa credulidad boba, esa blandenguería mema y esa actitud ingenua y bodoque, rayanas en la pusilanimidad y el calzonazismo.

Pues bien, descubierto el pastel, todos los prebostes del Partido del Gobierno en funciones se lanzaron, todos a una como en Fuenteovejuna, incluido el propio Presidente del Gobierno de tal guisa, a justificar el nombramiento del ex Ministro Soria, que, según los mismos, había pasado el tamiz de un difícil concurso sobre el que había resuelto una Comisión, integrada, nada más y nada menos, que por cinco altos cargos del Gobierno (dos Secretarios de Estado y tres Directores Generales), lo cual deja claro el tipo de concurso y las dificultades que tuvo que superar el concursante Sr. Soria para sacar adelante su nombramiento. Todo ello en un arrebato de “muerto, antes que sencillo”. Y como las mentiras tienen las patas muy cortas, o, como ya hemos mencionado, antes se pilla a un mentiroso que a un cojo, llegó el momento de replegar velas, de rectificar y de poner donde dije Diego, digo, digo y con tal de salvar, una vez más, el culo al Presidente Rajoy, le han endilgado el marrón al Ministro de Economía, Sr. De Guindos, que ya se había fajado, pasándose el toro rozando la taleguilla, en la justificación huera, vacía e insustancial de lo que siendo negro, quería hacérnoslo ver blanco, quedando atrapado, como las moscas en el panal de miel.

Ahora, toda la oposición exige la comparecencia del Ministro De Guindos en un Pleno del Congreso de los Diputados, misión imposible por la contumacia del PP en considerar que un Gobierno en funciones no tiene que dar explicaciones al Parlamento, lo cual es, amén de casi delictivo, una falacia, pues no puede ser un Gobierno en funciones de mejor calidad y trato que un Gobierno plenamente constituido; ítem más, con mayor razón debieran comparecer sus miembros a dar las explicaciones solicitadas en el Pleno, precisamente por esa funcionalidad en que se encuentra y porque cualquier actuación del mismo en estas circunstancias puede comprometer, grave e irremisiblemente, la acción del Gobierno que se conforme, que bien pudiera ser de otro color distinto al azul pepero. Pero ahí están todos, justificando lo injustificable, incluida la propia Vicepresidenta, también en funciones, del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que debiera rectificar esa forma harto dictatorial de otorgar la palabra a los periodistas que siguen los contenidos de las reuniones del Gobierno, como portavoz del mismo. Así que el Sr. De Guindos, por arte y gracia de la democracia y la regeneración que postula el PP, no dará razones sino en comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados, ante la renuencia de la Presidenta Ana Pastor de convocar el Pleno, echándole un capote a su Presidente. Hay que reseñar, a estos efectos, que, ante la negativa reiterada de los miembros del Gobierno, en funciones, para comparecer en el Pleno en el Congreso de los Diputados, ahora impedida por haberse roto el rodillo pepero, la oposición recurrió al Tribunal Constitucional el pasado 13 de junio, a fin de que el Alto Tribunal, dilucide acerca de si estando en funciones, los miembros del Gobierno no han de dar explicaciones al Congreso de los Diputados, que es precisamente el que representa la voluntad popular, y siendo esta cuestión de urgente necesidad, parece que sestean, en el sentido de que si hay sentencia al respecto, lo será para finales de Octubre próximo, en todo caso, todo lo cual apunta a que la decisión al respecto se tomará para cuando haya dejado de existir ese Gobierno en funciones, o sea lo que en romance paladino se denomina para “ad calendas graecas” o para cuando las ranas críen pelo lo que nos lleva a pensar en la utilidad y no politización de este Alto (¿) Tribunal, que contradice el admonitorio que el Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, dejó caer sobre la clase política por poner en duda la independencia judicial, pues a lo dicho me remito y añado que hechos son amores y no buenas razones. Recordemos que este mismo Sr. Carlos Lesmes, fue el autor de esta sentencia “El Código Penal está hecho para los robagallinas”. ¿Ha movido un dedo, desde su alta entronización institucional para modificar el Código Penal a este respecto?.

En definitiva, manifiesta estar dispuesto y cuanto antes a comparecer ante la comisión de Economía el Ministro De Guindos, que ya huele a cadáver, y más desde que se conozca el contenido de su libro “España amenazada” (en lo que tiene razón, teniendo en cuenta el perfil de nuestros políticos) y en el que desvela tensiones cuando denunció ante la Fiscalía el escándalo de las tarjetas “black”.

En definitiva, que, con los actuales mimbres, el Partido Popular es imposible que acometa la misión de la regeneración democrática y política de España, debiendo prescindirse de todos sus actuales mandamases y hacer una poda a fondo de un árbol que ya ha empezado a dejar de dar fruto, de lo que se debiera dar cuenta el iluso Albert Rivera, que pareciera que aún cree que los niños vienen de París.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

14  de septiembre de 2016

 

 

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