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Les crecen los enanos

Por Miguel Ángel Vicente
miércoles 03 de febrero de 2016, 00:24h
Miguel Ángel Vicente
Miguel Ángel Vicente

Al Partido Popular y a Mariano Rajoy les crecen los enanos, como si dirigieran un circo en el que no hay payasos, porque no hay nada de qué reír, ni nada que haga gracia, y en el que tampoco hay animales (en el sentido estricto de la palabra) de acuerdo con la línea políticamente correcta de los movimientos animalistas. Sí existe la figura del maestro de ceremonias o jefe de pista, que bien podría ser un tal Rafael Hernando, portavoz del partido en el Congreso de los Diputados, me imagino que también en funciones, que no sé cómo la dirección del Partido lo mantiene como mantenedor, valga la redundancia, pues si los ojos y la cara son el reflejo del alma, en este caso no hay palabras para describir lo que nos inspira el tal Hernando, pues la mala leche que exhala, la cara retorcida que vislumbra aquélla y la expresión malévola y avinagrada, queriendo hacerse el gracioso a falta de payasos (que, a la postre, haberlos, haylos) y las carencias de ingenio y elocuencia que le acompañan, dejan entrever que este hombre acompaña las comidas más que con un buen vaso de vino tinto o blanco, con una botella de vinagre. Expresión de repugnancia, cadencia en el hablar repugnante, figura triste y amargada hasta la extenuación, propios del personaje, ínsitos a este espécimen, denota su intento de inocular su tristeza y amargura a los demás, no consiguiéndolo, pues no ofende el que quiere sino el que puede, falto de razón y argumentos para zaherir y amargar al contrincante.

Lo dicho, al PP y a Mariano Rajoy les crecen los enanos y de qué manera y a qué ritmo, cada vez más vertiginoso y espantoso. En plena campaña de pactos, que no sé yo cómo este hombre se sigue postulando para Presidente del Gobierno, sin saber cómo no hay nadie en su Partido capaz de persuadirle de que tome las de Villadiego o haga mutis por el foro, y que sigue ahí, como un Don Tancredo expuesto en la plaza pública aguantando el chaparrón de la corrupción, crónica, sistémica, institucionalizada en su Partido, por todo el territorio nacional (debe ser por el carácter ambulante de su circo) y que le va asiendo  y aprisionando como lo hace un pulpo con todos sus tentáculos, sin dejar ninguno fuera, tratando de dar a entender que la  misma, sea algo exógeno a él, sin darse por concernido, como si fuera un querubín o un arcángel caído del cielo vacunado contra el mal.

La antepenúltima (porque esto no tiene fin) ha sido la explosión de la última trama valenciana, sacada a la luz por medio de la llamada “operación Taula”, que ha dejado en mantillas a cualquiera otra anterior, que se sepa, y comparable a la mayor de las Fallas que se hayan instalado en la Feria Valenciana, por San José, en la que acabará quemándose e inmolándose la plana mayor del PP Valenciano (donde ya van imputados o investigados, que tanto monta, monta tanto, 50 miembros del grupo municipal en el Ayuntamiento de Valencia) y sus rescoldos llegarán, como no puede ser de otra manera hasta las puertas de la Sede de Génova, donde Mariano, practica la triple postura de los tres monos sabios o místicos: no ver, no oír, no hablar, y que se llevarán por delante hasta el último mono o el apuntador de un Partido que ha sido utilizado, y a la vista está, para esquilmar las arcas públicas valencianas, con lo que no es de extrañar el permanente SOS que los Presidentes peperos de la Generalitat Valenciana, en los últimos tiempos (léanse, Camps y Alberto Fabra) lanzaban al Gobierno de España demandando “money” ante la penuria y escasez de recursos monetarios de que adolecían las arcas públicas para hacer frente al coste de los servicios públicos más imperiosos y al cumplimiento de las obligaciones de la Administración Pública Valenciana. En cualquier caso, ¡qué no será la magnitud del escándalo que al frente del Partido se nombrará una gestora!.

Pero es que el caso de Rajoy, es único en la historia de nuestra democracia, porque él, sí, él, personalmente, conforme han ido estallando los chanchullos de los peperos, ha ido poniendo la mano en el fuego por sus gerifaltes pillados con las manos en la masa, y que han ido cayendo, paulatinamente, en la hoguera de las vanidades, veleidades y latrocinios al respecto: recordemos, por no ir demasiado lejos, que los tres últimos tesoreros del Partido están imputados y que, en relación con Don Luis Bárcenas, el último pillado in fraganti o el último en el tiempo, llegó a declarar que saldría inocente y que ponía la mano en el fuego por él; otro tanto ocurrió con el ex-Presidente de la Diputación de Castellón de la Plana, Carlos Fabra, ahora en prisión cumpliendo condena de cuatro años por delito de fraude fiscal; o por el ex-Presidente de Baleares, Jaume Matas, del que el Sr. Rajoy proclamó querer parecerse en su modo de gestionar y gobernar; y no digamos del ex-Presidente de la Diputación de Valencia y ex-Alcalde de Xátiva, Alfonso Rus, a quien tanto amaba y del que llegó a decir que sus éxitos, eran los éxitos del Partido y de él mismo, del propio Rajoy, y que le ha estallado en las narices, en plenas negociaciones para seguir al frente del Gobierno de España, y del que predicaba lisonjas y alabanzas mil, y a cuya operación Taula (por mesa en Valenciano) parece faltarle la cuarta pata a la que apunta Doña Rita Barberá, según todos los indicios que se conocen por el momento, y que se halla en una situación semejante a la de Esperanza Aguirre en Madrid, donde todos los colaboradores más cercanos e íntimos (no digo yo que se acostaran en cama redonda), están investigados o imputados por corrupción hasta las cejas, y que tanto ésta como aquélla, más que ostentar cargo público alguno, para el que debieran estar exentas, aunque sólo sea por vergüenza torera, se han revelado como más aptas para ocupar el cargo de Jefas de Bomberos de sus respectivas Comunidades, pues parecen estar hechas (hasta el momento) de amianto, como vírgenes ignífugas, es decir, indemnes e incombustibles al fuego, pese a las hogueras que en sus propias narices (y sin enterarse, declaran) se han producido y se producen en derredor suyo.

Y he dicho anteriormente, como antepenúltima la trama de la “operación Taula”, porque la penúltima (y a la última le quedan aún varios capítulos, por lo que se ve, hasta llegar a ella), ha sido ese vicio de nuestro Presidente a meterse en camisa de once varas o donde no le llaman dueñas, pues públicamente manifestó que a la Infanta Cristina le iría bien (teniendo en cuenta que ha tenido cuatro defensores, amén del Sr. Roca, a la propia Agencia Tributaria, al fiscal del caso, Pedro Horrach, y a la Abogacía del Estado, encabezada por la Abogada-Jefe de Baleares, Dolores Ripoll) quienes han luchado por evitar la pena de banquillo a la interfecta hasta la extenuación, y mi gozo en un pozo, porque esta pasada semana las tres juezas de la Audiencia de Palma, encargadas de enjuiciar el caso Nóos, han dictado Auto en virtud del cual no exoneran de responsabilidad, a bote pronto, a la Infanta de España, como se pretendía por tan altas instituciones, movidas como marionetas desde el Gobierno de España, y han concluido que cada cual aguante su vela en este entierro y que la justicia es igual para todos, como establece la Constitución Española y lo predijo el Rey Emérito, padre de la encausada, Don Juan Carlos I, en su penúltima perorata navideña, y que de la doctrina Botín, nasti de plasti y que a otro perro con ese hueso, o sea que a la Infanta Cristina empieza a no “irle bien” tal como predijera el Presidente del Gobierno de España en funciones.

Vamos, que el Sr. Rajoy ha demostrado estar en la inopia o se ha hecho el tonto y ante sus vaticinios habría que decirle que “menudo ojo para echar lluecas”.

MIGUEL-ANGEL VICENTE MARTINEZ

   3 de febrero de 2016

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